Encontrarse en ocasiones y conocer de una u otra forma a alguien que ha dedicado su vida a los toros, los ama, los defiende y deposita en ellos casi toda su vida y quehacer, es uno de los momentos más gratificantes con los que puede uno dar. Tal es el caso de Enrique Marciel Bermejo, un torero de vieja añada que destacó por esas plazas de Dios allá por los años 70 y que tiene un blog en internet en donde coloca recuerdos, carteles, fotografías y memorias de una profesión que le mantuvo en vilo y le marcó a fuego para siempre en lo más hondo de su alma.
Enrique aunque vive por las islas Canarias allá donde ya no hay toros por aquello de las modas, que todos deseamos ojalá sean pasajeras, pero que allí llegó también a presentar sus credenciales como torero ante una plaza atiborrada, llena de espectadores, que vieron sus faenas a las reses que le tocó lidiar, siempre recuerda su tierra que le tira más de la cuenta.
Enrique cuando cortó la coleta y ya la edad le impedía seguir vistiéndose de luces para la función taurina se acogió al sagrado de la comunicación y con cámara de video en ristre grababa las faenas de Miguel Ángel Perera y de Alejandro Talavante al empezar este su nuevo periplo torero.
En Valladolid tuve la fortuna de coincidir con un Marciel en una de las corridas de toros de la Feria de San Pedro Regalado. Compartimos sitio en el callejón de la plaza y hablando entre ambos, al presentarse con el apellido expuesto, le dije si tenía parentesco con Miguel Marciel, el veterinario que ejerció en Tordesillas. El Bueno de Enrique me citó Velliza como la localidad más cercana a Tordesillas en donde él tiene familia y de donde procedía. Se ve que los periódicos cuando relataban alguna de sus actuaciones en festejos de toros, decían que aunque había nacido en Madrid, vivía en Tordesillas.
Me quedé con la copla de este personaje singular que es torero de la tierra y que aún ahora en su madurez no duda en venirse por estas tierras y lidiar un par de novillos a su gusto y capricho en plazas de por aquí como hizo recientemente en Galápagos (Guadalajara) o en la finca de Emilio de Frutos en la Granja de San Ildefonso. Y animado por Julián Maestro anda queriendo escribir sus memorias en un libro, tal vez harto de tanto mojo picón y papas arrugás. Ojalá lo veamos editado pronto porque seguro será un documento de primer orden para entretener y aprender que con estos toreros viejos nunca se sabe. Él mismo lo dice: «El día que deje esta locura me muero».
Para terminar este recordatorio breve de un torero que lo es hasta en sus formas, toreó una novillada nocturna en la plaza de Valladolid el 27 de julio de 1974: Se lidiaron novillos de Martín Gavilán, con lleno en los tendidos, para Enrique Marciel, Venturita y José Dani y el Norte de Castilla se hizo eco de las maneras de este torero, destacando su forma grácil y sentida de torear.
Enrique Marciel Bermejo, muy relacionado con Tordesillas, aunque esté ahora en la lejanía, sin embargo siempre estará cerca de todos nosotros gracias a ese artilugio genial del «feisbuk» para hablarnos de toros, de su afición, sus anécdotas y seguir promocionando la Tauromaquia por todas partes. Ah! Y cuando salga tu biografía, no te olvides de enviarme un ejemplar.
Juanjo dice
¨Me encanta siempre que oigo hablar de Enrrique Marciel Bermejo, y sobre todo cuando veo cateles en los que aparece el de esos años.
ENRIQUE dice
Por la amistad que tuve con ANTONIO CORBACHO trabaje Con TALAVANTE .2006, 2007, 2008, 2009, y anterior mente en el año 2000 trabaje para JOSE TOMAS.
JUAN dice
BIENVENIDO QUIQUE