Muchas de las cosas que hoy día se escriben y divulgan con la rapidez del instante adolecen de rigor, de verdadera comprobación y de una exposición real y sucedida. Para eso el mundo de los toros viene que ni pintado a estas formas tan poco objetivas de decir y contar sin más, cuanto sucede en la lidia de un festejo taurino.
Ya se sabe que las opiniones de quien lo escribe suelen ser casi siempre subjetivas, mucho más si quienes las divulgan pertenecen al círculo del protagonista de la información, a los responsables de los gabinetes de comunicación. Quienes viven de ello tachan a su patrón de héroe, amigo, bienhechor, grandioso… y más adjetivos que me callo por decoro.
Hoy día se viene extendiendo la mentira como una mancha de aceite en el agua y como al lector y consumidor de esa información se le suele tener por de no muy sesudo raciocinio y de corto análisis eficaz, da por buena la mentira y aprecia y discute luego las morcillas que le echan entre el arroz de las palabras.
No hay más que ver los portales de comunicación; los medios escritos de crónicas y reportajes casi siempre laudatorias, amigables, hermosas, escritas con palabras agradecidas. Y si alguien utiliza para ello la mano de hierro con guante de terciopelo es apartado y menospreciado, por contar con rigor lo sucedido.
Esto tiene de bueno que anda por todos los aspectos de la sociedad: Echar la culpa de una desgracia a estos o los de acá, al cambio climático que es como decir al «sursum corda», o al gobierno, sacudiéndose la responsabilidad de quien lo debería corregir.
Luego suele decirse que «ese escribe a la voz de su amo»; aquel «pone lo que le dicen«; éste es sobrecogedor porque come y bebe con ellos. Y todo al final hace referencia al dinero, a la aportación a la caja común o particular, según corresponda.
Aquello de «escribir y torear«, acuñado y llevado a efecto por Alfonso Navalón y la real explicación del látigo contra el fraude en la fiesta de Joaquín Vidal han caído ya en el pozo del olvido, pues se ve la imposibilidad material de hacer frente a la verdad. Y entre ellos ahora, Carlos Ruiz, acíbar amargo en sus denuncias y Paco Cañamero que pone su ingenio, ilusión y dinero en escribir libros de toreros divulgando sus recuerdos. Y pocos más.
NO INFORMAREMOS DE LA FERIA DE SANTANDER 2022
Sentimos profundamente desde la Comunicación de este portal no informar de los festejos de la Feria de Santiago en Santander, a punto de empezar, cosa que veníamos haciendo desde doce años acá, pues solicitada la acreditación pertinente a la Empresa responsable se nos ha contestado «solo podemos acreditar a medios de comunicación, entendemos su trabajo, pero no contamos con espacio en el palco de prensa».
Esto hemos contestado: «Habiendo sido rechazada nuestra solicitud de acreditación para la feria taurina de Santander, aceptada por nosotros, le ruego encarecidamente que al tener la previsión de incluir el contenido de dicha feria en el próximo ANUARIO TAURINO a editar en papel, tal y como hemos venido realizando en estos últimos doce años, le ruego nos facilite un enlace con contenido gráfico de la misma para reproducirlo«.
Disculpen los seguidores, lectores y amigos de este portal de comunicación.
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