Gran corrida de toros concurso de ganaderías en la Ducal de Alba de Tormes ha podido ser disfrutada por los espectadores que acudieron al reclamo de la empresa Bullstar S.L. pudiendo ver toros cuajados, de presentación impecable y con un resultado triunfal, pleno de torería y bravura. La terna protagonista de su lidia ha salido a hombros por la puerta grande de la plaza, cuando ya lo noche se había cernido en la ciudad hermosa de Santa Teresa.
En esta corrida no ha faltado ni el indulto a un toro de Domingo Hernándesz, marcado con el número 26 de nombre «parcelito». incansable en sus embestidas ante la muleta del extremeño José Garrido quien, además, al ver la evolución de las voces surgidas en el tendido. vendió la bravura del toro para que el pañuelo naranja asomara en el palco presidencial. Tampoco faltó la anécdota, al cambiarse el orden de lidia del 4º y del 5º de la tarde, como consecuencia de la rotura de la puerta del chiquero y desmembramiento del cierre de la misma, con lo que con buen criterio hubo de cambiarse el orden de salida de ambos toros y, en consecuencia del orden de actuación de los toreros, ya que Damián toreó al 4º y su hermano Javier al 5º, aunque por lo visto todo quedó en casa, pues ambos triunfaron merecidamente.
José Garrido, el torero pacense, más listo que una ardilla, sabiendo vender la decisión del indulto ante un toro bueno, bravo, cuajado y con transmisión de Domingo Hernández que cerraba esta concurso en la plaza Ducal salmantina, provocó las voces reclamando el indulto, eso sí sin exhibirse pañuelos en el tendido y garantizándose también la salida por la puerta grande con dos orejas y rabo simbólicas de «parcelito». No seré yo quien diga lo que debe hacer un palco, pero el toro de Domingo era de pañuelo azul y no del naranja, pues tan solo destacó en la faena de muleta por su durabilidad y acometida.
Comenzó la corrida, con casi tres cuartos del aforo de la plaza, con un minuto de silencio y la interpretación del Himno Nacional antes del paseíllo.
Javier Castaño ante el primero de la tarde «Rotador» de Castillejo de Huebra que recibió dos varas, una de ellas arrancándose al caballo desde los medios de la plaza, le instrumentó una faena aseada con altibajos y con ocho palitroques de banderillas caídos en el ruedo, sin que nadie de la cuadrilla los recogiera. Se ve que como Marco Galán sufrió un achuchón al clavar sus rehiletes, nadie se preocupó de limpiar el ruedo de palitroques. Pinchazo y estocada entera trasera y caída despenaron al animal. Donde estuvo entregado Javier Castaño fue ante el de Adelaida Rodríguez, de nombre «buenavista» al que Joao Ferreira banderilleó excelentemente, siendo ovacionado. La suavidad y el temple de Castaño surgieron en la faena ante un toro bravo, noble y que hacía el avión girando con la tela del torero en un ansioso intento por cogerla. Dos orejas rubricaron la gran faena del mayor de los Castaño.
Dos orejas cortaría también Damián a «carafina» de José Enrique de Valdefresno un toraco con toda la barba, bien armado, al que le instrumentaron una mala lidia la cuadrilla del torero. Muy mal picado y desastrosa la actuación de los subalternos. Pero Damián estuvo centrado, con solvencia torera, ante el toro al que además le recetó una estocada perfecta en el hoyo de las agujas y haciendo la suerte canónica. Toreó también muy bien al de Julio Pérez Tabernero, bravo y encastado ejemplar, al que recetaron dos varas largas y duras, arriba, empujando el animal con fiereza y riñones. Pero luego se atascó con el descabello y pasó un quinario hasta que pudo atronar al animal. A buen seguro, Damián, caso de haber acertado hoy con los aceros, su triunfo sería clamoroso, mucho más importante que el de sus compañeros de terna.
José Garrido brindó al público la faena de «picadito», un ejemplar de los Bayones, guapo, encastado, bravo, auténtico zapatito de esos que llaman los del oficio. Brindó al rspetable y tras pinchar arriba y propinar una estocada efectiva recibió una oreja del palco. Luego en el cierre de la corrida, fue el broche de oro de una gran tarde de toros, al conseguir que le indultaran al de Domingo Hernández. Puso al toro en el caballo con chicuelinas al paso y luego en la faena de muleta fue in crescendo ante la acometividad del ejemplar. Se echó de rodillas en una serie final para calentar aún más el tendido y la petición de indulto que arrancaron unas voces seguidas luego por más espectadores.
Se ve que los gritos hicieron mella en el palco y el pañuelo naranja apareció y desapareció con la alegría de todos.
En resumen. Una corrida de las que hacen afición. Entretenida, Bonita. Con toros cuajados, espectaculares, en puntas, con trapío y presencia en la que hay que destacar los tres corridos en 2º,4º y 6º lugar, pero donde los impares tampoco desmerecieron su categoría. Así es como se puede ir a ver toros: Cuando la emoción, por la bravura de los toros, impera en la plaza. Y Alba de Tormes sigue en sus fiestas de Santa Teresa. Este año la DUCAL se ha cubierto de emoción y de gloria. Laus Deo.
Plaza de toros DUCAL de Alba de Tormes, Salamanca. Corrida de toros concurso de ganaderías. Tres cuartos de entrada.
Toros de Castillejo de Huebra, Pilar Población, Los Bayones, Adelaida Rodríguez -de vuelta al ruedo-, José Enrique Fraile de Valdefresno y Domingo Hernández -indultado-.
Javier Castaño, ovación y dos orejas.
Damián Castaño, ovación y dos orejas.
José Garrido –en sustitución de López Simón-, oreja y dos orejas y rabo simbólicas.
REPORTAJE GRÁFICO: Fermín Rodríguez
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