Con una oreja para cada participante se saldó el festejo en la modalidad de festival mixto celebrado en Olmedo con motivo de las fiestas patronales de San Miguel. El rejoneador burgalés Óscar Borjas, silencio y una oreja; Toñete,oreja y Darío Domínguez,oreja. En el novillo que regaló la empresa de la plaza para la lidia a pie, un bravo y encastado eral de los Hermanos Boyano, aplausos para los dos novilleros. Se han lidiado cinco novillos, dos para rejones (uno de Miranda de Pericalvo y otro de Antonio Boyano,bravos) y tres para la lidia a pie (uno del Ventorrillo, bravo y encastado, con guasa), otro de Antonio Boyano, flojo y noble y un tercero regalado por la empresa organizadora de Manolín Cantoblanco, de Antonio Boyano, bravo y encastado.
Algo más de media plaza en tarde soleada y muy apacible en el coso olmedano al pie de la Soterraña, la protectora de Olmedo. Buen ambiente pues en los tendidos y un todoterreno antiestético para el arrastre de los novillos, aunque por megafonía anunciaron que la cuadra de mulillas había sufrido un percance en la carretera y la organización se había visto obligada a solventar dicha circunstancia de esa forma mecánica siempre antiestética y nada taurina.
Abrió plaza Óscar Borjas, un rejoneador que monta y tiene la doma clásica perfectamente asumida. Logra conectar con los tendidos en sus cabriolas y movimientos y llega a mantener la atención en un alarde de buen jinete ante sus caballos de rejoneo. En su primero no anduvo demasiado sobrado, estropeando la faena con el rejón de muerte al descordar al novillo y debiendo ser apuntillado. Con el de Miranda de Pericalvo, bravo, estuvo más acertado y con entrega y ganas tanto en banderillas a una mano como con las cortas. Un rejonazo que no rompe bastó para despachar al ejemplar y obtener una oreja del palco.
Toñéte, dirigido desde barreras por el matador Manolo Sánchez, al igual que su compañero el iscariense Darío Domínguez, con mayor parroquia en los tendidos, puso en el albero de Olmedo su estilo con pases en redondo de cierta gracia y poderío. Temple y mando ante el flojo eral que le tocó en suerte. Un pinchazo sin soltar y una estocada efectiva le hicieron acreedor de una oreja.
Por su parte Darío Domínguez que pechó con un bravo y encastado ejemplar de El Ventorrillo al que toreó empezando su faena por bajo con la pierna flexionada, pero que le dio un tarantantán con mala caída y ligera conmoción de la que se recuperó y siguió valiente como si tal cosa, escuchaba a Manolo Sánchez decirle: «Por delante, pónsela por delante, que se te mete por adentro. Échasela y sigue, sigue», pero la exigencia del novillo hicieron que el muchacho abreviara antes de la cuenta, sin redondear la faena. Mató bien, de una estocada entera y golpe de verduguillo con lo que recibió la oreja de su enemigo.
En el sobrero que regaló la empresa, toreado con alternativas entre ambos novilleros, un ejemplar incansable de Boyano, se lucieron los dos, pero la espada no acompañó en esta ocasión, con lo que debieron conformarse los novilleros con el aplauso de la concurrencia cuando terminaron con el eral.
Darío Domínguez en esta ocasión ha estado valiente, muy entregado en su toreo, e intentando estirarse cuando las embestidas de las reses se lo permitían, aunque a Toñete, por aquello de empezar la faena muleteril, le acompañó algo más el temple hacia el novillo de regalo, viéndosele más placeado que al de Valladolid.
En fin, el festival taurino de Olmedo muy entretenido y con cierta afición, resultando además vistosa la generosidad demostrada por Manolín Ferrero, «Cantoblanco», gerente de la plaza, regalando el último de los novillos lidiados en la tarde de hoy, allí en la bella plaza de la ciudad del caballero, donde siguen con sus fiestas patronales y encierros de interés turístico regional.
Fotos: FERMÍN RODRÍGUEZ
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