Buena tienta de madres de la ganadería brava de Santa María de los Caballeros propiedad de Juan Carlos Encinas y sus socios que pacen en los prados comunales de Fuentelapeña (Zamora) y que ha sido protagonizado en un singular mano a mano entre dos novilleros, uno de Valladolid, Ricardo Maldonado y otro de San Sebastián de los Reyes, Diego García.
Inclemencias del tiempo al comienzo de «tirar palante» con el festejo, con lluvia en turbiones y aire desapacible pero que se fue atemperando, una vez comenzada la lidia de seis de las utreras probadas para madres de la ganadería zamorana que pastan en el ecológico valle de la Guareña, llegando a salir el sol espléndido tal vez porque no quería perderse tampoco el bonito espectáculo desarrollado en la finca de Raúl Nieto, que ha preparado unas instalaciones más que dignas, ordenadas, limpias y acogedoras para desarrollar esta labor de tienta.
Las vacas han sido picadas por el varilarguero Rafael Agudo con el buen criterio y personalidad de siempre, echando la vara con arte y realizando la suerte toreando a caballo como él solo sabe hacerlo. Rafael y Titi Agudo son dos hermanos que llevan la afición y el conocimiento a flor de piel y además realizan la suerte de varas con elegancia, arte y picando arriba en el morrillo, cabalgando con arte y sabiduría. Eso no hay quien se lo discuta. Y en esta ocasión además estaba su padre, el veterano mayoral del raso Portillo viendo la tienta. a quien tuvimos la suerte de saludar y escuchar en sus apreciaciones.
El mano a mano se saldó entre los dos novilleros, uno vallisoletano y otro madrileño, ante la ausencia del diestro Álvaro García en esta convocatoria por encontrarse delicado con un flemón de infección en una de sus muelas de tente y no te menees. Sin embargo, su hermano Diego ha sido capaz de mostrar la plenitud de su toreo, especialmente con la mano izquierda. Este joven novillero está llamado a mayores y grandes empresas pues su temple, colocación y sentido de la medida han hecho de él un más que prestigiado y prestigioso diestro en el arte de torear.
A la segunda de las vacas lidiadas la ha soplado dos series con la mano izquierda, bajando y mandando, de auténtica antología, dignas de haberse visto y que son las que recordamos aún todavía varias horas después de acabado el festejo. A una colorada, descarada de pitones, la formó un auténtico lío el torero de San Sebastián de los Reyes, reconocido por toda la parroquia que aplaudió al muchacho.
Tampoco ha estado mal Ricardo Maldonado, el vallisoletano, de quien se dijo que podía tomar la alternativa en la feria de Valladolid, caso de haberse podido celebrar. No ha sido así por causa de la pandemia, pero Ricardo ha estado toda la tarde en torero, con sentido de la colocación y dando aire a la vaca cuando esta lo precisaba. Ricardo Maldonado es un torero de Valladolid que merece mucha más atención que la que le han otorgado los profesionales de este mundillo taurino. Echando una mano en la lidia han estado el diestro Mario Campillo y el banderillero Carlos Donaire.
Juan Carlos Encinas, el ganadero, ha destacado la importancia de esta tienta para buscar madres que cimienten el prestigio de esta ganadería, creada por él y por el desaparecido Luisma García Fernández, con los estupendos resultados obtenidos en estos últimos 25 años de existencia.
Por último destacar las instalaciones de Raúl Nieto, un antiguo recortador de toros y en la actualidad arrendatario e instalador de plazas portátiles, al que deseamos los mejores éxitos y ánimo en su gestión.
En resumidas cuentas, una mañana y tarde donde han vuelto a vibrar los espectadores con la bravura de las reses de Santa María de los Caballeros y el toreo, buen hacer, oficio y afición de dos novilleros que piden a gritos mayor atención en su actividad y vocación. Ha sido un mano a mano de los que merecen la pena. ¡Enhorabuena, toreros! y que ojalá pronto pase esta desgracia y los aficionados os puedan ver en una plaza.
REPORTAJE GRÁFICO: José Fermín Rodríguez
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