Una tarde desapacible nos acogió en Toro para contemplar en su espectacular coso de la plaza de San Francisco la final del Bolsín taurino “Tierras de Zamora” que se ha venido celebrando por tierras de Benavente, Villalpando, Fuentesaúco, San Miguel de la Ribera y la ciudad de Doña Elvira y que organizaba el Foro taurino de Zamora además del Ayuntamiento de Toro y otras instituciones que han sabido ofrecer una muestra de calidad en todas y cada una de las sesiones programadas.
El viento, la tormenta, el aguacero, las geñudas, con sentido, y avantas reses de Valderrey del ganadero Antonio de Luisa, no han sido obstáculo para que el desarrollo del bolsín zamorano resulte cuando menos entretenido y digno de reseñar. Las instalaciones de la plaza de toros abiertas por trabajadores municipales dirigidos por José Luis Prieto, uno de los miembros de la Corporación Municipal, media hora antes de la hora señalada, acogió a muchos aficionados que buscaron refugio seguro bajo teja, al abrigo de gradas y andanadas cubiertas, guareciéndose de la lluvia y la inclemencia del tiempo.
Entre el público, además de organizadores y colaboradores del acontecimiento, el diestro salmantino Juan Diego que no dudó en coger también el capote para dar unos lances y parar a una de las becerras cuando las nubes cerraban la luz de la tarde y la amenaza de lluvia era más importante y el novillero de Villamor Alberto Durán. En un burladero, el torero vallisoletano David Luguillano, acompañado del Alcalde de la ciudad Jesús Sedano. El empresario David Hebrero, de Eventauro, titular de la explotación de la plaza de Zamora; Pepe Mayoral y Luisma, ganaderos de la Carmona y de Fuentelapeña respectivamente; Alfonso González, el taurino de Simancas; Miguel Pérez, padre de Joselillo; el fotógrafo Arturo Delgado y el resto de directivos del Foro taurino de Zamora así como otros representantes de asociaciones y peñas taurinas de la región.
Esto del Bolsín es como un seminario en donde las vocaciones de los toreros se forman y conforman en el día a día, con muestras y actuaciones públicas tomando un capote y una muleta. Porque los finalistas torearon a las becerras añojitas de Valderrey, todavía con el pelaje de invierno, como buenamente pudieron y lo sintieron. Vimos al colombiano César Valencia muy puesto, consiguiendo enseñar el pitón izquierdo muy potable y decisivo de la tercera vaca, imposible por el derecho, con dificultades marcadas y solventadas por el torero venezolano.
Estuvieron bien y con gusto los representantes de la Fundación “Joselito” de Guadalajara y el de la madrileña de “El Juli” Juan Manuel Hernández y Fernando Rey. El francés Juan Baptiste Molas, de la escuela de Navarra, fue a la postre el peor parado, pues la becerra le golpeó en varias ocasiones, bien es verdad que por la escasez de trapío y edad todo resultó sin ninguna consecuencia.
Y especialmente en su sitio, con oficio, y realizando la suerte de picar echando el palo con brío y donaire el varilarguero de Tordesillas Javier Bastida. Javier ejecuta la suerte como es debido, elegante en la cabalgadura y con porte torero, al del castoreño tordesillano le esperan días muy importantes en la tauromaquia.
Los miembros del Jurado de este primer Bolsín de las tierras de Zamora no harán público el nombre del ganador hasta dentro de unos días cuando la actividad esté analizada en todos los aspectos: El juego de las becerras, la disposición de los chavales, el resultado artístico, la resolución de problemas, la actitud de cada participante y la decisión final.
En resumen, una jornada muy emotiva la vivida esta tarde en Toro en su reconstruido coso taurino, orgullo y pieza destacadísima del patrimonio local, junto al viejo teatro la Torre, que acogió a unos muchachos que quieren ser toreros y a un público aficionado que dio a la desangelada tarde el calor de sus aplausos.
Fotografías: Arturo Delgado
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