La Asociación de caballistas EL COMESO de Portillo, entidad que aglutina a cuatrocientos ochenta asociados en estos momentos, premió a Simón y Caminero, ganadero de la tierra, y a Leonardo Hernández, padre e hijo rejoneadores, en un acto público celebrado en el teatro principal de la Villa vallisoletana «Álvaro de Luna» bajo la Presidencia del alcalde de la localidad Antonio Sevillano a quien acompañaba en la mesa el representante de la entidad organizadora Ángel Capellán, como clausura de las jornadas taurinas que se han celebrado en Portillo.
En el patio de butacas numerosos amigos y miembros de Asociaciones taurinas de la provincia tanto de montera como de talanquera así como concejales de la Corporación de Portillo escucharon, siguieron , aplaudieron y preguntaron a la mesa que estuvo coordinada por Ana Alvarado que sustituía al anunciado Santos García.
A buen seguro que los galardones, recogidos personalmente por los interesados y agradecidos en sus palabras hacia la asociación EL COMESO de Portillo, estuvieron marcados en todo momento por la emoción, especialmente el dedicado a Simón Caminero, viejo ganadero, pero joven entusiasta y emprendedor en singladuras taurinas por tantos y tantos pueblos españoles. La placa de reconocimiento a la trayectoria profesional le fue entregado por su mujer María Jesús en el escenario del teatro quien, además, pronunció unas palabras embargada por la emoción, el cariño hacia su marido y la afición a los toros que despide en todas y cada una de sus actuaciones.
Y Simón ya lo dijo claro: «No piensen que es que me jubilo. No. Esto es un acicate más para seguir en la brecha y espero que tanto mis hijos como mis nietos continúen con la labor».
Por su parte Leonardo Hernández, el joven rejoneador pacense, triunfador en Portillo que recibiera su alternativa de manos de su padre el también cordobés Leonardo, aceptó emocionado el recuerdo entregado y recibido de manos de su propio padre presente en el acto, sirviéndole de estímulo para seguir preparándose con intensidad, fuerza y profesionalidad,y llegar a colocarse de auténtico «figurón» en el rejoneo español.
En la charla muchas anécdotas, vivencias y situaciones positivas y negativas pasadas en este peculiar mundo taurino por el que ambos galardonados se mueven.
Quien despertó una mayor hilaridad ante la referencia de las obligadas anécdotas fue Simón Caminero el cual al ser preguntado por la primera sanción recibida de la Administración Regional, fue una de cinco mil pesetas en Fuentesaúco hace más de treinta años como consecuencia de la suelta de una vaquilla destinada a los chicos y que debía ser diferente cada día de fiesta y de suelta, según el acuerdo al que se había llegado con la organización. Como los recursos económicos aportados por el Ayuntamiento eran más bien escasos y la chotilla iba destinada a ser corrida por los niños, cuando se permitía a los menores esta función, no se ocurrió otra cosa al adjudicatario que lidiarla el primer día; dejarla rabona para el segundo día; y pintarla un lunar lucero blanco en la testuz con un spray de pintura, acción que realizó Clemente Castro. Así la vaquilla era diferente. Pero se descubrió la engañifa cuando la vaquilla, brava como ella sola, golpeó a un niño con camiseta azul oscura en el pecho, dejándole marcado el lunar blanco en la prenda.
(Gracias especiales al fotógrafo JOSÉ SALVADOR, autor de las fotografías que acompañan esta noticia)
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