Expectación en el Coso vallisoletano del paseo de Zorrilla por ver la vuelta, en carne mortal a los dos matadores que dejaron en el aire el cartel de la pasada feria de septiembre. Hoy, sin embargo, con el patronazgo de los toreros representado en el fraile santo Pedro Regalado, con fresca temperatura, algo de viento y cielo encapotado brilló de nuevo el albero de Valladolid con la celebración de una corrida de toros festiva, alegre, elegida, artística…envuelta en papel de regalo para acoger de nuevo a un torero que dejó huérfana a la afición de Pucela que en general le aprecia, le quiere, le reconoce y le respeta.
José Antonio Morante de la Puebla, diestro torero, recuperado del mazazo del hastío y del cansancio es una figura con su sello y marca, a veces estrafalario, pero con el cabello a cobijo de la gomina y la sonrisa de vuelta a la comisura de sus labios, tensó músculo y tendones con exquisita galanura y belleza, delicadeza sevillana, y postura torera en el segundo de su lote de nombre “triunfador”, aplaudido en el arrastre. Venía Morante de Jerez donde la expectación levantada entre la parroquia gaditana llenó el tendido hasta las apreturas, y en Valladolid el lleno de la plaza volvió a demostrar que el público quiere ver a los toreros que quiere ver, ocupando sitio en tendidos, gradas y andanadas y pagando su entrada.
Y volverle a ver como un Paquiro redivivo hasta en las pobladas patillas, con un capote en las manos es una experiencia, tal vez más vivencia que imaginación, y hoy con la muleta ante su segundo toro la faena de Morante ha estado estructurada con poderío y emoción, acabada con una estocada entera que produjo al toro muerte de bravo. En esta faena para mí ha supuesto el acercarme un poco más a la fuente de un toreo irrepetible. Y no me digas nunca más: “¡Baja, tú, y lo haces!” como casi firmó en el que abrió plaza. He visto sonreír a Morante tras su faena metódica, plena, de poderío, elegancia, ganas y genio.
El triunfo de Manzanares que ha desorejado a sus dos enemigos, uno noble y bravo aunque con poca fuerza y el negro “tabacalera”, encastado corrido en quinto lugar ha sido más que merecido, logrado a ley, con clase y pese al viento que hacía flamear la muleta como una bandera en el mástil. La pausa en la misma fue la causa de una gran serie por la derecha, vitoreada y aplaudida por el público. Un toro, que había sido magníficamente lidiado por “Suso” el subalterno de la Nava del Rey, lo quiso matar recibiendo aunque el metisaca afeó la suerte. No obstante, volvió a cuadrar el toro y entrar de nuevo con el estoque en la suerte de recibir, logrando esta vez sí una estocada entera casi fulminante. El público le pidió la oreja que le fue concedida por el Presidente, en esta ocasión Manuel Gutiérrez.
Y Talavante que deleitó a la concurrencia con el inicio de faena por estatuarios, prosiguiendo con una torería plena de recursos cuando el toro lo requería concluyó su faena con unas bernardinas ajustadas ante su primero. Luego la espada le privó de mayor triunfo al pinchar al morlaco “tristón” y despacharle con una casi entera que escupió el animal, precisando el descabello para pasaportar al animal. Saludó desde el tercio y ante el que cerraba plaza, muy afectado por un volteretón que lo desgració para toda la lidia y que bien pudo haber sido devuelto al corral, Talavante tiró por la calle del medio y se quitó el ejemplar de encima tras su intento fallido por sacarle algún pase ante la invalidez de «sinvaina».
En fin, y por resumir. La tarde de San Pedro Regalado ha estado más que entretenida con un respetable aficionado que respondió a la convocatoria del festejo, donde vio toros correctos de presentación, nobles y manejables, de fuerzas justas y con un José María Manzanares en estado de gracia, con ganas y deseo de triunfo y de agradar; un Morante que vuelve a empezar y un Talavante que pasó por Valladolid con más pena que gloria sin poder apenas ejercer su gran toreo.
FICHA DE LA CORRIDA:
Plaza de toros de Valladolid. Corrida de toros para conmemorar a San Pedro Regalado, patrón de Valladolid y de los toreros. Lleno. Seis toros de Joaquín Núñez del Cuvillo, aplaudidos en el arrastre 2º, 4º y 5º, nobles, de fuerzas justas para
MORANTE de la Puebla, silencio y oreja tras aviso.
José María Manzanares, oreja y oreja.
Alejandro Talavante, ovación y saludos desde el tercio y silencio.
Se desmonteraron por su brega y clavar los palos con galanura, los banderilleros «Suso»; Blázquez y Juan José Trujillo.
FOTOGRAFÍAS: José FERMÍN Rodríguez
Javier dice
más que a PaquiRo, yo diría que a Cayetano Sanz, amigo Jesús
JESÚS LOPEZ GARAÑEDA dice
Las patillas de Cayetano Sanz en la lidia sí son bien parecidas a las que se deja ahora MORANTE. Pero, a mí personalmente, me interesa más el alma de torero del de la Puebla que dicen es Paquiro redivivo, que yo no puedo asegurarlo porque ni ví a Paquiro aunque me fío de quienes le vieron y lo cuentan en sus textos taurinos. Que siempre los libros son fuente inagotable de conocimiento. Que cuanto vemos, ya lo vemos nosotros. (Te corrijo la T por la R).