Si de juegos olímpicos se tratara este toro de Victorino Martín subiría al podium y conseguiría seguramente alguna de las medallas en disputa junto a «pajarito» y otros hermanos de especie que han brincado las tablas del callejón en una plaza de toros. La fotografía de Daniel Chicot tomada en la localidad francesa de San María del mar es una prueba evidente de cuanto puede ocurrir, porque donde menos se espera, salta la liebre, en este caso el galgo transformado en un toro bravo.
La regulación de espectadores en los callejones de las plazas de toros está perfectamente estipulada y regulada en la orden PAT 762/2005 de 30 de mayo establecida para todas las plazas de Castilla y León. En la actualidad la tramitación que se especifica en dicha norma en ciertas plazas ni se cumple, siendo responsabilidad del Presidente del Festejo y del Delegado de la Autoridad en el ejercicio de las funciones que le son propias de acuerdo con la normativa vigente asegurar el cumplimiento de lo dispuesto en la citada Orden «debiendo proceder al desalojo de aquellas personas que se encuentren en el callejón de la plaza de toros y no tengan autorización expresa para permanecer en el mismo».
En varias ocasiones se ha comentado esta disposición que regula la presencia de personas en el callejón de las plazas a la que seguramente muchos acudirán, exigiendo responsabilidades, sí y solo sí cuando se produzca el percance real, como suele suceder , siendo la prevención uno de los argumentos mejores para evitar el peligro.
Está en pleno vigor la temporada taurina de 2022 con festejos populares en plazas y calles que dan sentido a ese juego del hombre con el toro, atávico, integrado en la vida y vivencia de más personas de las que creemos. No obstante, la responsabilidad es el reto que todos cuantos asistimos a un festejo de toros deberíamos aplicar con mucho y mejor interés y adecuación.
Fotos: Daniel Chicot, José SALVADOR y FERMÍN Rodríguez
Abel dice
Pues no estaría de más que se regulase también la ocupación de burladeros en sueltas y capeas populares.La inmensa mayoría de la gente que está en ellos no hace más que estorbar sin la menor intención de salir al toro.Por no mencionar que muchos de estos estorbadores son menores de edad y las Autoridades los están viendo sin decir nada.