Ahora que hace muy pocos días se han celebrado jornadas conmemorativas de la promulgación y entrada de “La Pepa”, la vieja constitución de Cádiz, bien está traer a nuestros lectores y seguidores el contenido de un Acuerdo del Ayuntamiento de Cádiz de 1820 por el que se adopta la celebración de una solemne función de toros, si el tiempo lo permite, como recuerdo a la restitución de la libertad de la Monarquía española bajo el sistema constitucional, comisionando a un inteligente en ganados para la compra de los toros. El comisionado acude a la ganadería de José Vicente Vázquez, dueño de una de las vacadas más famosas de Andalucía, y el ganadero está dispuesto no solo a facilitar los seis toros que le pedían, sino escoger ocho de sus mejores toros, para el reparto entre las mismas valientes tropas del general Quiroga, siendo admitida tan patriótica y generosa oferta…
Anuncian como picadores en cabeza de cartel, como era preceptivo en aquellos años a: Sebastián Mínguez, de Utrera; Joaquín Zapata, de Madrid y Bernardo Botella y Alonso Pérez, de Medina Sidonia.
Por su parte, el cartel coloca como matadores a los famosos Francisco Herrera Guillén, de Sevilla; José García, de Cádiz y Juan León de Sevilla, acompañados de una lucida cuadrilla de banderilleros.
Hay una nota incluida en la que se especifica que en lugar de echar perros al toro, se le colocarán banderillas de fuego y se prohíbe que persona alguna baje a la plaza o se quede entre barreras, ni que se arroje a la plaza la menor cosa por leve que sea.
La víspera de la función los toros estarán en el manchón, frente al ventorrillo de Isabel para que los aficionados puedan verlos.
La función principiará a las cuatro y media en punto.
El programa en cuestión se encuentra expuesto en el Museo taurino de Cádiz y, junto con otras reliquias, papeles, grabados, dibujos, objetos variopintos, telas, trajes, y guirnaldas recoge la esencia de la tauromaquia, el origen de su actividad reglada y muchos aspectos que deben ser considerados y conocidos por los aficionados.
Todo ello viene a corroborar la importancia de la fiesta de toros en España, algo innato, incluido en la idiosincrasia de sus ciudadanos, pese a que modas pasajeras e iniciativas poco gratas con el significado de la tauromaquia quieran apartar al común de las gentes de este espectacular rito y juego del toro y el hombre.
juanma dice
bien por estos recuerdos
manolo dice
es curioso lo q dice,me ha gustad