La dinastía torera Luguillano ha sido homenajeada durante las XII Jornadas Taurinas del Ayuntamiento de Villaseca de la Sagra, en Toledo. La saga de toreros vallisoletanos compuesta por su fundador Clemente, además de sus hermanos Santiago y Juan Carlos -ya fallecido-, y sus hijos Jorge y David Castro ha recibido este reconocimiento por la trayectoria y lo que significan en el mundo de los toros en el ámbito nacional. Bajo el lema ‘Dinastía Luguillano: Arte y Embrujo del toreo’ el coloquio comenzó con las palabras de un emocionado y agradecido Clemente Castro, que se anunciaba en los carteles como ‘Luguillano Grande’, sobre el apodo escogido que viene en honor a Nuestra Señora de Luguillas, patrona de la localidad de Mojados.
Clemente Castro vive de manera intensa las actuaciones de su hijo David Luguillano en los tendidos de cualquier plaza de toros desde hace muchos años y es un romántico de la vieja escuela. “Soy un torero hecho a mi mismo, no estuve en ninguna escuela taurina mi escuela fue la vida”, señaló. David Luguillano, por su parte, destacó que “vivo y me siento torero como si fuera el primer día. Mi vida es el toreo y siempre he mantenido la fe”. Actualmente el decano de los toreros vallisoletanos en activo, matador de toros autodidacta, último eslabón de la dinastía Luguillano lleva plasmando su personalidad en las plazas dos décadas seguidas y haciendo gala de un toreo diferente y distinguido.
Jorge Luguillano completa la dinastía como profesional de la tauromaquia como novillero con picadores –compartió muchos carteles con su hermano David- y en la actualidad apoderado y empresario. Durante la charla afloraron recuerdos, anécdotas y vivencias de una familia taurina entregada a la fiesta de los toros al igual que las familias Espartaco, Campuzano, Lozano y dinastía Bienvenida que también han recibido en ediciones anteriores el reconocimiento en Villaseca de la Sagra.
David Luguillano señaló que “mi toreo ha evolucionado tanto en técnica como en oficio y madurez, encontrándome fuerte físicamente, me entrego plenamente a mi profesión. Las adversidades en el toro siempre las he sabido afrontar y sigo haciendo vida siempre de torero, entrenando, toreando, preparando mi cuerpo físicamente y haciendo campo”. Con respecto a la influencia de su familia torera indicó que “me caracterizo por ser siempre auto crítico. Muchas de las correcciones deben de salir de uno mismo y así se crea un estilo. Ellos me han ayudado con su afición, su apoyo y mi hermano Jorge actualmente es mi apoderado. Valoro la perseverancia y el sacrificio más que la personalidad que te la entrega Dios”, finalizó el diestro vallisoletano, que en el mismo acto y de manera espontánea ante el requerimiento de una aficionada se arrancó en el escenario con la muleta templada, señorial, para dar un natural ceñido y ajustado que puso en pie a todos los presentes en el salón de actos municipal.
(Información de: JAVIER FERNÁNDEZ)
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