Ya están a punto los toros para correr en su coso y en el campo iscariense un año más para deleite de la afición y disfrute de tantos aficionados como acuden a la Villa pinariega atraídos por su singular programa festivo. Un sitio éste de Íscar donde nadie se siente forastero y el moderno coso taurino cubierto acoge una feria de esperanza y de futuro.
Un equipo de personas, como antes otros hicieron y lo intentaron, trae a Íscar un programa de toros completo y pleno de interés. Todo cuesta mucho, por eso el valor de las cosas hay que reconocerlo siempre, siendo justos y objetivos. Los toros son un espectáculo con liturgia y aderezo del ayer que se renueva y pasa a formar parte de la idiosincrasia de las gentes de nuestros pueblos.
Cierto que, como dijo Félix Calvo, alcalde de Villalar, «una fiesta sin toros es una fiesta muerta» y esta que protagoniza en Íscar quiere volver a ser el referente taurino de una provincia.
Por eso, que se renueve el orgullo taurino con Íscar un año más. Y aquí las grandes peñas iscarienses tienen mucho que decir y la palabra, ya que los días del 2 al 7 de agosto habrá encierros donde los toros a lidiar por la tarde toman todo el protagonismo, se ofrecerán las tradicionales probadillas en su coso cubierto. Ellas han hecho acopio de abonos para todos los festejos y se espera una presencia masiva que dará colorido y música a los festejos de toros.
Como estalló aquel chupinazo de alegría hace unas horas con el descorche del champán y sus burbujas de alegría entre la algarabía de la juventud, así quieren volver los toros a Íscar.
Suerte para todos y esta la expresión para quienes andamos fuera: «¡Volved a Íscar, que hay toros!«.
¡Felices Fiestas!
Fotos: JOSÉ FERMÍN RODRÍGUEZ
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