Dice Javier Gómez Pascual, un subalterno de primera fila natural de Guarrate (Zamora) que los toreros tienen que serlo las dos horas de la plaza y las veintidós de la calle. Y tiene razón en su cita. Torero se es por afición, por entrega, corazón, estímulo y sacrificio. No hay otra forma de serlo y este banderillero que estuvo a las órdenes de Julio Aparicio en aquel trago amargo cuando se cortó la coleta en Madrid, decisión de la que nadie sabía y que fue considerado como un acto de mucha torería y dignidad y que además ha ido en las cuadrillas de otros muchos toreros- Daniel Luque, Matías Tejela, Javier Castaño…- de diversas regiones españolas, este torero sigue con un paisano novillero de Villamor de los Escuderos, Alberto Durán, que tomará la alternativa en Zamora durante la feria del ajo, al llegar el calendario a la festividad de San Pedro.
Gómez Pascual está bregado en lances, lidias y asistencia con conocimiento profundo de los toros, todos los días no descuida la preparación física e incluso en algunos momentos está al lado de sus amigos del foro de Zamora para echar una mano solidaria al aula taurina de la ciudad de Doña Urraca en mesas redondas, charlas y clases prácticas taurinas para chavales y aficionados por esos escenarios de pueblos y ciudades.
Desde que empezó la temporada y Valdemorillo es un ejemplo hemos visto ya a Gómez Pascual bregando con su capote en donde lleva impreso por detrás sus apellidos con acierto, clavando los palos con torería, clase y sentido de lo práctico. Y cuando lo he saludado en la plaza, su gesto sereno, concentrado y sin florituras infunde también la confianza a todos cuantos van a intervenir en la lidia.
Muchas veces la grandeza de un torero, porque aunque se sea subalterno también se es torero, está en mostrar tranquilidad y silencio, serenidad y calma en el patio de cuadrillas cuando unos y otros se saludan, se desean suerte y la abigarrada multitud que los acompaña hablan más alto de la cuenta, sin considerar que en esos cruciales momentos antes de hacer el paseíllo un torero se encomienda, medita y piensa sólo en lo que hará al cabo de unos minutos ante los cuernos del toro.
Javier Gómez Pascual, torero zamorano, subalterno por la gracia de Dios, que ni se olvidó agradecer a toda la gente que se acordó de él en su cumpleaños, porque así le ayudaron a pasar mejor el día envuelto en los miedos y grandeza de una tarde de toros, tal y como él mismo sintió poco antes de echarse al ruedo en la pasada feria de Castellón, es un personaje que lleva en su alma la grandeza del toreo eterno, el miedo y su dominio y hacer las cosas con majeza, entrega y arte. Y además de Zamora, la tierra de los viejos toros de Villagodio, y de los pueblos con solera que tienen a la fiesta más que por montera. Y eso forja carácter, como el de Gómez Pascual. ¡Mucha suerte, torero!.
Guzmán Gómez Alonso dice
Gran torero, subalterno y mejor persona. Mi más sincera enhorabuena por su gran trabajo. Producto del esfuerzo y sacrificio diario.
Un fuerte abrazo TORERO!!
siso dice
Hola por mucho que quiera los catalanes que se pierda la fiesta de los toros no se vaperder la fiesta popular Gran subalterno Javier Gómez pascual enora por tu gran trabajo de TORERO amigo y sobrino javier gómez pasccual un fuerte abrazo de tu tio siso perez-zubizarreta cuadrado estorero.