Los novilleros Jorge Alba, de Chiclana de la Frontera y Álvaro García de Colmenar Viejo han sido los triunfadores de la novillada semifinal celebrada esta tarde en la plaza de toros de Fuentesaúco, ante algo más de un cuarto de entrada, tras cortar cada uno de ellos dos orejas a los novillos que les tocaron en suerte. Jorge al eral burraco de Santa María de los Caballeros de Fuentelapeña, a la sazón mejor novillo del encierro lidiado declarado por el jurado, y Álvaro al colorado de los Hermanos Boyano de Paz de Villalpando. Los dos toreros han salido a hombros por la puerta grande de la Plaza.
Fuentesaúco tiene a gala su premio denominado «garbanzo de oro» para el novillero sin caballos que obtenga mejor puntuación y mejor resultado artístico en la final que se disputará mañana ante reses de Adelaida Rodríguez, a partir de las seis y media de la tarde. Por tal motivo en el palco presidencial se encontraba el Diputado José Luis Prieto presenciando el festejo
Hoy concitaba nuestra atención una variada gama de reses de diferentes encastes, con lo que el espectáculo que se ha dado en la plaza de Fuentesaúco, enorme coso para llenarlo y más bajo un sol de justicia, ha resultado muy entretenido para el aficionado por todas las cosas que se han visto. Comportamiento diversos de las reses, actitudes toreras de seis muchachos de distintos lugares de la geografía española, que se han batido el cobre ante los erales lidiados, mostrando las ganas, la preparación, el arrojo y la valentía para entrar en esta profesión de tan difícil y complicada andadura.
Los novillos lidiados han sido de las siguientes ganaderías: Abrió plaza un ejemplar de José Luis Mayoral, de encaste Santa coloma, bien presentado pero con escasa fuerza. Otro de Adelaida Rodríguez, un lisardito que ha negado la patria y la procedencia, con poca fuerza y falta de raza. Un tercero de la Dehesita de los Hermanos Bragado, de encaste vega Villar, un patitas blancas duro y noble. Un cuarto de Valderrey, de encaste Juan Pedro Domecq, justo de fuerza pero encastadito; el quinto el burraco de Santa María de los Caballeros, bravo y noble de Juan Pedro, el Ventorrillo; y cerrando festejo el colorado de los Hermanos Boyano de Paz, encaste Juan Pedro, Aldeanueva, bravo y que remató en tablas y acudió con alegría y largo a los cites.
Todos los novillos tuvieron su lidia, su aspecto, su aspereza, su bondad y su bravura, lo que quiere decir que la ganadería brava zamorana sigue teniendo productos aprovechables y muy dignos para ser lidiados en las plazas.
El toro burraco de Santa María de los Caballeros de nombre «Modistillo» fue declarado triunfador de este festejo.
Y vamos con los chavales que estarán esperando la crónica:
A Daniel Soto le tocó un ejemplar con poca fuerza en todos los tercios de la lidia. Había brindado al público de Fuentesaúco pensando seguramente que el novillo rompería a embestir, incluso empezó su trasteo de muleta con cierta gracia y soltura. El novillo, bien presentado, un cardenito de Santa Coloma fue mucho mejor por el pitón izquierdo, embistiendo con mejor clase que por el derecho. Tras un trasteo aseadito de despedida, se perfiló para matar, pinchando arriba tres veces y logrando una estocada que tiró al animal por tierra. Recibió aplausos del público y los obsequios de rigor, como todos sus compañeros, donde no faltó el ramillete de garbanzos de Fuentesaúco, origen y reclamo de este festejo que lleva a cabo el Ayuntamiento en sus fiestas patronales.
Javier Marín brindó la muerte del toro a uno de sus compañeros de lidia, pero se estrelló por la flojera del animal. Le sobó y llevó toreado en todo momento, pero no consiguió ligar su trasteo, incluso para sacar al animal de la querencia que marcó durante toda su lidia. Lo despachó de una chalequera que hizo guardia. También recibió los aplausos cariñosos del público.
Fernando Flores es un novillero que se le nota placeado, con el oficio aprendido, pero esta tarde su faena fue de más a menos, a medida que transcurría el trasteo. El novillo, un patas blancas exigente y muy noble, no dejaba colocar al muchacho, pues era preciso hacerle las cosas muy bien. Lo intentó en un par de series aseadas por el pitón izquierdo y los adornos finales de faena compusieron lo mejor de su intervención. Hizo bien la suerte de matar, logrando una estocada muy perpendicular por lo que precisó de dos golpes de verduguillo para enviar al desolladero al ejemplar. La Presidencia le otorgó una oreja que paseó sonriente alrededor del albero.
Amor Rodríguez, el cuarto torero en actuar esta tarde estuvo muy aseado y valiente, incluso sobreponiéndose a un revolcón del geñudo justo de fuerza de Valderrey. La faena empezó bastante bien pero se fue embarullando a medida que transcurría la lidia. Precisó entrar un par de veces a matar pues pinchó, bien es verdad que en lo alto y señalando en el sitio y una estocada que mandó al novillo para el arrastre. Recibió aplausos y saludó desde el tercio.
Jorge Alba, el chaval de Chiclana de la Frontera, estuvo en novillero toda la tarde, incluso sobreponiéndose a un tremendo testarazo que le arreó el de Fuentelapeña cuando pretendía darle un pase de rodillas. Echó la pata palante con el capote y le enjaretó unos lances muy aplaudidos al burraco, el más cuajado del encierro. Brindó al subalterno Alberto Navarro que le acompaña en estos menesteres con afecto y compuso una faena llena de emotividad y en ocasiones con cierto patetismo, sobre todo cuando lograda la estocada, fenomenal, haciendo la suerte perfectamente y metiéndola hasta los gavilanes, echó a correr hacia el centro del ruedo para saludar al público que pedía los trofeos para este novillero. La presidencia le otorgó las dos orejas de su enemigo.
Y por último actuó Álvaro García, el torero de la escuela de Colmenar Viejo que reside en San Sebastián de los Reyes, quien hizo el mejor y más plástico toreo de todos los intervinientes. Con claridad de ideas, estirándose y doblando la cintura, acompañando la embestida del animal, echándose de rodillas para comprobar también la embestida del novillo, Álvaro García toreó y emocionó con su forma de entender el toreo, asentado, sin mover las zapatillas, clavándolas en la arena, despacio, templando y mandando, con una tranquilidad pasmosa, luciendo al novillo en su embestida larga y alegre.
Álvaro es un novillero con proyección en esto del toro sin duda alguna, a juzgar por lo visto en Fuentesaúco, pero, ¡ay! también hay que poner un pero. Estuvo mal con el acero. Se le fue la mano en la estocada, tal vez porque quiso hacerlo todo a la perfección y por no tener pausa, tranquilidad y sosiego en el último momento, el bajonazo asomó en el vientre del novillo. No obstante la concurrencia requirió los trofeos para el muchacho de San Sebastián de los Reyes.
En fin una novillada que mañana tendrá su parte final definitiva con la lidia de los lisardos de Fernando García y que dará el vencedor de este certamen de novilleros sin caballos de «El Garbanzo de Fuentesaúco». En esta de la semifinal muchos y buenos amigos del mundo del toro: Aníbal Sánchez; Jorge Manrique; Luis Reina; «Suso»; Fernando García; Antonio Boyano, padre e hijo; Luisma y Juan Carlos Encinas; Pepe Mayoral; varios miembros del Foro taurino de Zamora, los fotógrafos Javier Bernal, Arturo Delgado y Sergio Leal; el doctor Habib y Rodolfo, el de Briviesca con el del tiro de mulillas que hoy ha traído un caballo percherón enjaezado bellamente para el arrastre y sin olvidarme a los toreros Mariano Jiménez y José Ignacio Ramos que han puesto en auge esta singular promoción para novilleros sin caballos.
Reportaje Gráfico: José Fermín Rodríguez
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