El diestro alicantino, José María Manzanares, ha hecho unas declaraciones respecto al asunto de la temporada 2021 en las que anuncia que tanto él como su equipo profesional se adaptarán a las circunstancias que imperen en ese momento. Es decir, que si el aforo permitido en las plazas es del 50%, los honorarios del diestro se verán reducidos en ese mismo porcentaje.
De esta manera ha hecho pública su decisión el torero, pieza imprescindible en la confección de los carteles de ferias taurinas. En estos momentos se recupera de su operación con los pertinentes ejercicios de rehabilitación para estar a punto cuando la ocasión lo requiera.
Manzanares en la pasada temporada, desbaratada por la peste del virus COVID, hizo el paseíllo en tres ocasiones: en Illescas y Olivenza -en el mes de marzo, antes de que se decretase el estado de alarma- y posteriormente en Mérida en el mes de agosto.
La vocación torera es una de las grandes afectadas como consecuencia de la pandemia, además del olvido, desprecio y abandono al que la han sometido los gobernantes en las personas que viven de esta actividad, pues los ganaderos, profesionales y empresarios taurinos han quedado caninos en la alimentación dineraria de la misma, a la que tienen perfecto derecho, al igual que el resto de ciudadanos españoles.
La actitud de José María Manzanares, seguramente puesta en realidad por el resto de compañeros, viendo la situación para proceder a la recuperación de la actividad taurina, merece el reconocimiento de todos los aficionados.
El mundo taurino necesita unidad, compleja y difícil al principio dadas las características del mismo, pero necesaria y útil para cuantos intervienen en la lidia directa o indirectamente. Otros recogen la expresión de «ponerse las pilas» y conformar un organismo único en el que se encuentren todos para defender la profesión más singular, arriesgada y hermosa que conocemos hasta ahora.
Con Manzanares, y ya antes con los demás, llega «Paco con la rebaja» en cuanto a emolumentos y compensaciones económicas se refiere, porque este cinturón de crisis aprieta y muy fuerte a todos sin excepción.
Foto: José FERMÍN Rodríguez
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