El matador de toros vallisoletano José Miguel Pérez «Joselillo» ha sido anunciado en la Feria del Toro de Cenicientos. El diestro que actuará en la corrida concurso del 14 de agosto entre las ganaderías de Adelaida Rodríguez y La Ribera de Campocerrado; aparece en el cartel junto a Javier Castaño y Gómez del Pilar.
El Valle del Tiétar es conocido en el mundo taurino como el del terror por el trapío y tremenda arboladura de los ejemplares que por allí suelen lidiarse. Y el caso es que siempre deben hacerlo quienes más falta y necesidad precisan por aquello de conseguir algún contrato que siga manteniendo viva la llama de la esperanza que se encendió un día en la personalidad de cada torero. En el Valle del Tiétar no valen ni zapatitos bonitos, ni hechuras acompasadas con la tranquilidad de cuernos con poca queratina. Todo lo contrario. Por ese lugar hemos visto auténticos «pedazos de toro» que hacen tragar saliva y ahogan más de un suspiro en quien mira.
El año pasado Joselillo tuvo una muy celebrada y sobresaliente actuación en “la capital del Valle del Tiétar» saliendo por la puerta grande en un complicado encierro de Pallarés-Buendía tal y como puede recordar el aficionado. Además la corrida retransmitida, creo de memoria que por Telemadrid, pudo ser vista por los espectadores aficionados a los que llegó la valentía, la entrega y la gran faena de José. Es verdad que parece en ocasiones como si toreros que suelen dar el do de pecho en sus comparecencias, han sido postergados casi, casi al ostracismo, al silencio, al no ser convocados por las empresas que ven más factible y provechoso económicamente otra combinación de toreros en su propia tierra.
Joselillo en Valladolid, Damián Castaño en Salamanca, Alberto Durán en Zamora, como otros muchos toreros de lugares más alejados, siempre pervivirán en la memoria de los aficionados aunque no en el público bullanguero y alegre que acude a los toros sin importarle quién es el que se enfrenta al morlaco con su muleta.
Lo bueno del caso es que estas personas siguen entrenando, preparándose, porque saben que la ocasión la pintan calva y como en cualquier instante puede sonar el teléfono llamándoles a protagonizar un festejo en pueblo o ciudad, asimilan lo complicado que resulta hacerse un hueco más o menos permanente entre los elegidos.
A José Miguel Pérez «Joselillo», siempre afable, lo he visto torear en varias ocasiones y me ha parecido un diestro honrado, cabal y sincero consigo mismo que ha debido pechar y lidiar encierros duros y complicados como aquellos de Dolores Aguirre en Madrid y Pamplona que le catapultaron en esta ardua vocación torera.
En fin; José Miguel Pérez «Joselillo» que ha entendido a los niños que visitaban la plaza de toros de Valladolid, enseñándoles los fundamentos toreros, mostrando la razón de la Tauromaquia y que sabe mantener todavía la llama encendida de la esperanza, tiene su cita y su razón una tarde de agosto en Cenicientos. ¡Suerte, torero que los triunfos aún tienen recompensa!.
Fotos: José FERMÍN Rodríguez
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