Aunque resurja de sus cenizas, como el ave fénix, la fiesta de toros está tocada de ala porque los políticos se han metido de hoz y coz dentro de ella y los aficionados no somos capaces de entenderla en toda su dimensión, grandiosa, histórica y profundamente incardinada en la vida de muchas personas.
Este pasado fin de semana asistí a las jornadas de Salamanca, cuya celebración anunciaba la Junta de Castilla y León en el alarde cobarde e hipócrita de casi siempre: Una de cal y otra de arena, cuando se refiere a la fiesta. Por un lado entienden los dirigentes que los toros son un recurso económico de primer orden para la región y la tierra. No digamos nada de Salamanca, bendito terruño de dehesas, encinas y toros donde muchas personas viven, vivieron y ahora casi malviven económicamente asfixiados, medio roto su vocacional trabajo en mil y un pedazos, perdiendo la fe y la esperanza y con menos alegría que la precisa.
No destacaré de nuevo la inapropiada programación del acontecimiento que a mí personalmente me desilusionó, y que me retrotrajo a unos momentos duros y complicados al comprobar que el fomento a la Tauromaquia solo se hace con fachada, escaparates y reclamos más propios de abandonos y desprecios que de vidas entregadas a una causa y por la que es preciso luchar cada día, cada hora, cada momento. No ya porque no se permitiera ni a los ganaderos, ni a los toreros, ni a los críticos taurinos ni a los interesados acceder a las dos mesas de discusión, salvo los elegidos para conformar las mismas en una utilización de unos y desprecio de otros sin parangón ni equilibrio, sino que luego se contraprogramaba desde las «sociedades» antitaurinas con una manifestación contra la Tauromaquia desde la misma plaza mayor salmantina, tal y como puede verse entre las páginas informativas de la ciudad.
La realidad de la Fiesta de toros, reglada, está en una crisis de valor total. Despreciada por una sociedad de la información, manipulada y silenciosa, cómplice en consecuencia por su tullida actitud en la que solo unos pocos se atreven a poner en solfa la falta de criterio y salvar ese silencio de los corderos, llevados al matadero para su misma desaparición y unos políticos que no ponen toda la carne en el asador, se doblegan, cambian, modifican criterios y objetivos según les vaya a ir en su propia vida de bicoca y progreso.
Unos nos dicen que no demos tanta cancha a los animalistas, que no hay mejor desprecio que el de no hacer aprecio. Otros que es preciso unirse y concienciarse, pues si no, es el fin de una actividad única e irrepetible para la vida del hombre y de los pueblos españoles. Los más, que los políticos afiancen una idea, crean en ella y la defiendan no la transformen y cambien cuando los vaivenes de la vida política les interese.
Luis Francisco Esplá echó el resto en su intervención de Salamanca. Puso el dedo en la llaga en muchos aspectos de las dificultades por las que la Tauromaquia está atravesando, vilipendiada, asediada, atacada de forma inmisericorde con la connivencia y la causa de la libertad. Y si, como dijo el maestro, «Las entrañas del toreo necesitan una buena purga», para a renglón seguido enumerar los motivos que han llevado al debilitamiento de la Tauromaquia, habrá que empezar por nosotros mismos, los que queremos, defendemos y apreciamos la Fiesta de los toros en todos sus tonos y matices, al menos con actos de reflexión profunda, noble, leal y clarividente.
Juan de Dios Miranda Pablo. dice
Los enemigos de la fiesta están dentro de la Fiesta desde que la comercializaron. Necesario volver a las empresas independientes, toreros y apoderados independientes, de amor propio y afición limpia; nada de exclusivas.
Por qué tanto aparato y arreglos para que los toreros vayan sobre sedas? – por qué tanto consentimiento si son tan profesionales…
Maravillosos los toreros antiguos que si eran matadores de toros auténticos como lo decían en sus tarjetas de presentación. Hoy son de marcas y productos de comercio. Y que decir de las empresas…prensa….y todo lo que rodea hoy y se carcoma el espectáculo? – Que impactante apreciar las entradas pobres que se registran en las plazas y sin embargo los interesados siguen perdiendo y peleando por ser empresa…