Ha comenzado el nuevo año y en su arranque la temporada taurina empieza a mover sus engranajes para que todo ande dispuesto y engrasado pues en pocos días el calendario echa a andar imparable por pueblos y ciudades de España que aún sienten los toros como algo muy suyo, propio y genuino, merecedor de atención, apoyo y fomento, mucho antes que las modas cainitas de las mascotas absorban del todo a este mundo animal por el que la Tauromaquia está perseguida.
La fiesta de toros se abre, y así lo han entendido algunas organizaciones como la Fundación Víctor Barrio o la del Toro de Lidia o esporádicas asociaciones, a los niños, a los jóvenes, a las juventudes llenas de vitalidad y orgullo para reverdecer y unir las generaciones de ayer y hoy en un tendido de una plaza de toros, al cobijo de una talanquera atenta siempre la mirada al juego eterno del hombre con el toro. Hoy día son muchas más las canas que pueblan en justa medida las andanadas, gradas y tendidos de una plaza; bastante más que la alegría de los grupos de jóvenes, pandillas, peñas y agrupaciones risueñas y festivas.
La mesa está a punto de disponerse una vez más con las cuatro patas que la sustentan: el toro, el torero, el empresario y el público. Y servir este plato festivo, entretenido, grandioso, musical, artístico, valeroso, lleno de color y emoción, es el cometido de quien tiene a su cargo poner en marcha la convocatoria, el reclamo, la llamada, la atención para que siga la fiesta, no se pare, no se abandone, no se pierda.
La didáctica taurina es algo a lo que hemos dedicado esta pasada temporada recursos, tiempo y trabajo. Y en la que viene seguiremos haciéndolo porque ese es el vivero que sustenta de nuevos brotes el árbol taurino para que no se seque. Nadie que fue y aprendió de los toros se ha traumatizado nunca. Todo lo contrario, la mirada ha sido más limpia, la solidaridad mayor y el comportamiento más cívico y tolerante.
La mirada captada de esa niña con su lazo de seda en el pelo, observando atenta y admirada la corrida de toros en los corrales de la plaza de Valladolid es nuestro mejor mensaje, acicate y esperanza para la temporada a punto de empezar en este año 2018 recién estrenado. ¡Que Dios reparta suerte!… y los responsables pongan también algo de su parte para conseguirla que no sólo hay que fiarse de la Virgen, sino también correr.
Fotos: Pablo ALONSO/Plaza de Valladolid
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