Y en el pasado fin de semana consiguió que dos de sus novillos, uno lidiado en Vic (Francia) y otro en Toro (España) fueran acreedores del pañuelo azul, mérito indiscutible que sirve para premiar la bravura de los animales de lidia.
Tuve la fortuna de ver las evoluciones de uno de ellos, con el nombre de «tela«, lidiado por Manuel Diosleguarde al que cortó dos orejas en la plaza histórica de Toro.
Hay al respecto opiniones que se han hecho públicas sobre si el animal toresano fue merecedor o no de tal distinción y más al no ser declarado como mejor novillo del festejo con picadores celebrado el pasado sábado. Lo cierto es que abrió plaza «tela» un cárdeno cuajado y en tipo, bien presentado, que acudió con nobleza a los cites de su matador y que se arrancó al caballo en la suerte de varas con estilo, especialmente en la segunda de ellas. Verdad es que el ejemplar del Raso se daba la vuelta con la rapidez del rayo buscando los tobillos de su matador que supo atemperarlo, templarlo y mandarlo y salir airoso del trance.
Los ganaderos Íñigo y Mauricio Gamazo que son quienes ahora están al marro de la explotación de Boecillo se encontraban en Francia pues ese mismo día se lidiaban sus toros en el anunciado festejo de Vic Ferensac, obteniendo el premio, los aplausos del público y el galardón del pañuelo azul tras demostrar su bravura en todos los tercios de la lidia. En una barrera de la plaza de Toro estaba Juan Sagarra Gamazo, su tío quien tomó buena nota y siguió la lidia del ejemplar con la atención que siempre dedica este estupendo aficionado a la fiesta de toros, a la tradición ganadera y al espíritu caballeresco de la familia.
El Conde de Gamazo y la memoria de quien puso toda su vida, profesionalidad e ilusión en ella, el tristemente desaparecido Íñigo Gamazo Manglano, así como sus hijos, Mauricio e Íñigo, que están ahora al frente del timón ganadero, sin olvidar al tío Juan Sagarra Gamazo, el embajador y difusor de una forma de entender la vida en el emblema del Raso de Portillo, junto con la sabiduría de su mayoral Rafael Agudo, han vuelto a dar sentido a una vacada orgullo de Valladolid.
Y en esta ocasión lo han hecho a pares, en Francia y en España.
Raso de Portillo, ganadería que da estima, orgullo y prestancia a nuestra tierra de Valladolid.
Fotografías: José FERMÍN Rodríguez
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