La Plaza de toros de Valladolid ha cambiado el gestor de su feria como se ha dicho en anteriores informaciones de las que este medio se ha hecho eco, como no podía ser menos. Por recordar es ahora TAUROEMOCIÓN, la mercantil taurina de Alberto García en la que Nacho de la Viuda aporta también su trabajo y profesionalidad, la empresa que llevará los festejos en este histórico y representativo recinto taurino vallisoletano.
Los trabajos de programación, de cambio y de nuevas ilusiones están ya en marcha desde el mismo día en que el propietario Emilio Ortuño y Alberto García firmaron el contrato entre las partes para la explotación festiva del coso. Y así la llave, colgada en la puerta para abrir las instalaciones, fue entregada a las nuevas manos que llevarán la organización durante estos próximos años.
Uno de los aspectos más interesantes que deberían considerarse aquí es el del vallisoletano Nacho de la Viuda, quien en su entrada en el circuito empresarial de la fiesta de toros desde aquella sociedad taurina universitaria en la que empezó su actividad y la aplicación de nuevas ideas para dotar a la fiesta de la adecuación a los nuevos tiempos, al frente del equipo vallisoletano. Como ejemplos en su haber están los festivales en la Flecha a favor de la Asociación de Esclerosis múltiple a la que se ha entregado una importante cantidad de dinero en todos y cada uno de los años en que se celebró en la Plaza de Arroyo. No me olvido de la actuación en Ávila de los Caballeros para acercar a los jóvenes a la plaza, llegando a llenar absolutamente el tendido de sol de chicos y chicas del tendido abulense en una corrida de toros. Ni por supuesto la gestión en Burgos, en Jaén, en Vitigudino o en Huesca donde los llenos han sido totales.
Ahora llega Valladolid, la piedra de toque para recoger un testigo más que decaído en aras a una fiesta carente de la emoción, languideciendo sin espolear el interés que precisa para reverdecer laureles de grandeza, espectacularidad y entretenimiento que guarda en la memoria del ayer el aficionado, recordando las palabras del poeta inmortal de Paredes de Nava: «Cualquiera tiempo pasado fue mejor«…
Valladolid se está preparando en silencio, sin prisas pero sin pausa, con una mesa de trabajo que quiere poner en el escaparate público su esfuerzo para ofrecer el fruto que se merece un sitio emblemático e histórico incardinado en la tradición de la Fiesta taurina.
Fotos: PABLO ALONSO.
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