El año pasado puso Sevilla un cartel de toros en circulación que parecía como si la mentalidad de un chiquillo de primaria, en su mundo infantil y sin mayor protagonismo, hubiera podido haber llegado a decorar un cartel de su Feria taurina. Ayer han presentado otro con el que la Maestranza de Caballería ha determinado la promoción de la feria de abril de ese año 2020, a punto de aparecer en el calendario y lo ha hecho con unas líneas abstractas de un torero y su montera, negro como el futuro que nos espera, para la interpretación de quienes son inteligentes.
Nadie duda que las modas y modernidades han traído a las fachadas y lugares en donde se colocan los carteles anunciadores de los festejos taurinos en más de una ocasión auténticos disparates merecedores de réplica y sobre todo de rechazo por entender que ni se ajustan a la tradición taurina ni aportan nada en absoluto.
Este año la Maestranza ha presentado un cartel enclenque del artista alemán Albert Oehlen, al que le gustan los toros y que ha obtenido numerosos premios y distinciones en su quehacer pictórico, como reclamo anunciador de la temporada 2020 en la capital hispalense.
Gustará más o gustará menos. Ya se sabe que los Maestrantes tiran perra y media por delante en eso de imbuir de cultura una fiesta tan magnífica como es la de correr y lidiar toros en la plaza del Baratillo. Lo mejor es que cada cual opine con las líneas del revoltijo del torero y de su montera.
Por cierto, decir que Valencia fue lugar de acogida y cuna de grandes dibujantes de carteles taurinos no significa que otros sitios deban perder el oremus en poner en su escaparate cualquier ocurrencia y además aplaudirlo y premiarlo. Ahora con los diseños y las nuevas técnicas pictóricas traídas con poco pensamiento y menos esfuerzo, habría que concluir y terminar, pues qué quieren que les diga: Las birrias suelen ser siempre lo mismo por mucho que quieran hacernos ver que son la quintaesencia del arte. Aunque en su descargo lo diga alguien que no entiende de la misa la media y ya se sabe que la ignorancia es muy atrevida. ¿O no?
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