Fue larga la espera pero mereció la pena. Creo que la clarividencia del matador de toros salmantino Juan Diego para exponer razones y convicciones en esta materia tan ardua, hermosa, pero difícil y complicada, como es la fiesta de toros palió con mucho la larga espera que tuvo que aguantar sin una sola queja el extraordinario y selecto público que acudió esta noche a los salones de Caja España Duero en la Plaza de la Fuente Dorada. Los aplausos surgieron espontáneos y agradecidos para corroborar los razonamientos de la mesa que con el título » toros, tradición y progreso» se arrancaban por entre las butacas del coqueto salón de sesiones. Unas palabras de bienvenida y de apertura por parte del presidente de la Peña, Manuel Sarmentero, quien recordó con emoción a uno de los socios, Julio, recientemente fallecido, quien estimuló a la Peña con la fuerza y las ganas que siempre demostró en su vida.
Con la moderación de Marco Hierro y la presencia del Concejal de Hacienda de la Corporación vallisoletana Alfredo Blanco, además del profesor universitario Luis Martín Arias y de César Mata se completó una mesa que supo poner el dedo en la llaga por la que está abierta una herida en la fiesta que es preciso restañar y curar.
Fundamentalmente las intervenciones del profesor Martín Arias, analizando estructuralmente y de manera histórica la evolución de la fiesta, los problemas y los acosos de organizaciones fundamentalmente buenistas que tratan de destruir esta tradición española y las dificultades por las que se mueve en estos momentos, fue si no contestada pues esa no era la cuestión, sí puntualizada con la realidad evidente de lo que en estos momentos está pasando: Prohibición de los toros en Ciudad de Méjico o en Tolosa, en España o en San Sebastián como pretende el grupo denominado Bildu.
El torero Juan Diego, perfectamente documentado en lo relativo a la situación de los toros en Quito, en Colombia o en Perú, expuso sus argumentos con la solidez de la experiencia y abogó por la postura de ser uno mismo quien se pregunte qué puedo hacer yo por la fiesta de los toros, en lugar de echar la culpa a los demás, ya sean los denominados G 10; E cinco o cualesquiera de los grupos que imponen a los demás sus tesis y criterios.
El tiempo transcurrió raudo, veloz, imparable como su esencia, y sobre todo por la gracia con que se desenvolvió este primer coloquio de la Peña de David Luguillano. Estas jornadas taurinas terminarán mañana con la presencia de los hermanos Fraile, Moisés, Nicolás y Lorenzo, quienes hablarán sobre el «oficio y vocación del ganadero».
Foto: Miguel de Castro
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