La gaditana Real Plaza de toros del Puerto de Santa María ha sido remodelada prácticamente de arriba abajo por la empresa Servicios taurinos Serolo, a cuya cabeza está el propietario titular de la misma Sebastián Rodríguez, un hombre que junto a un equipo de personas con su hijo Carlos Rodríguez a la cabeza, realiza su trabajo como profesional taurino en estas lides de dar festejos en aquellas plazas en las que se le ha entregado la concesión: Zaragoza, sin ir más lejos o Palencia por aquí bien cerca en Castilla y León. También desde hace algunos años gerencia las corridas de toros en ese fantástico coso del Puerto de Santa María.
El tiempo y el estado de un edificio, tal y como sucede en muchos de los que ahora mismo circunscriben el orbe taurino, léase Burgos, o Zamora, por poner un par de ejemplos, se acercan cada vez más al deterioro en las cimentaciones, en la obra de fábrica y en la propia estructura del recinto, salvo que se intervenga con prontitud y destinando una importante cantidad al mantenimiento de estas singulares construcciones. El ejemplo cercano de la Plaza de Valladolid, perfectamente acondicionada hace unos años, renovada y aseada tanto en su interior, tendidos, gradas, andanadas y corrales, como en su fachada y plazuela exterior hacen que estos lugares sean sitios idóneos para visitar y contemplar por los aficionados, y se demuestra bien a las claras que cuando se quiere, se puede. Y lo mismo ha sucedido ahora en el taurino recinto de El Puerto de Santa María.
Cuando los empresarios son conscientes de la importancia de la inversión en aspectos de mantenimiento, ordenación y adecuación de las plazas de toros que regentan, invirtiendo parte de su dinero en la mejora de las instalaciones, es una tarea imprescindible y ello no puede redundar más que en el reconocimiento del aficionado y el sincero aplauso, aireado por los medios de comunicación.
Aparte está, como vulgarmente se dice, ponerse las pilas y especialmente en los momentos duros y de dificultad, cuando de la cuenta de resultados los empresarios destinan parte de sus dineros a mejorar las instalaciones de la que son temporales dueños administradores. Eso también es fomentar y defender la fiesta de toros sin duda alguna.
La Real plaza del Puerto, de forma poligonal, ideada por Carderera y Pardo, que acabó de construirse en 1880, a costa de una compañía presidida en aquella época por Tomás Osborne, abre sus puertas con regularidad más de dos siglos para dar corridas de toros de primer nivel y categoría y esta última remodelación ha supuesto una considerable inversión económica.
La lapidaria frase de Joselito el Gallo pronunciada en San Sebastián en una tertulia cuando se discutía por la plaza mejor y más taurina de España de » quien no ha visto toros en el Puerto, no sabe qué es un día de toros» hace que ahora mismo la intervención técnica, la inversión en adecentamientos, pavimentación, arreglos de bóvedas y obras eléctricas de mayor o menor calado haya sido realizada por la empresa adjudicataria, pueda seguir manteniendo un establecimiento singular y artístico en todo su esplendor, que se merece, por ser recinto taurino sin igual.
Luis dice
Las obras se hicieron dejando deudas a pequeñas empresas entre otras la mia mas de 7000€ a pulidos vizarron que preparo y reparo todo el soporte de hormigón a dia de hoy sigo sin cobrar