La acción llevada a cabo ayer por un torero cuando su compañero quedaba a merced del toro en el coso de Cuatrocaminos de Santander merece no ya una reflexión sino un reconocimiento agradecido por su solidaridad, compañerismo y riesgo propio para evitar la cornada y además haciéndolo a cuerpo limpio porque la urgencia del hecho no permitía otra cosa.
Cayetano Rivera, con riesgo de su propia integridad quita el toro, que se cebaba con Andrés Roca Rey y lo aparta, sufriendo él también el golpetazo del burel, al lanzarle con fiereza contra las barreras, despreciando su vida por salvar la del compañero en una acción hermosa, especial y plena de valor entre quienes saben no solo el riesgo que conlleva la fiesta de toros sino el abrazo solidario que tienen en sí mismos cada tarde los toreros.
Cayetano quitó a Roca Rey el toro agarrándolo de un pitón y así se lo ha agradecido el peruano «al despreciar su vida por salvar la mía».
Las evaluaciones médicas iniciales del diestro peruano muestran un politraumatismo en la rodilla izquierda y múltiples contusiones en el cuello, cara y muslo derecho. En tanto Cayetano salió del percance con múltiples contusiones y una costilla rota.
En fin. Es el riesgo de una profesión brillante, bella y emotiva, plena de grandeza, valor y solidaridad como demuestran los toreros cada tarde en la arena. Por eso, el público embargado de emoción y agradecido premió esta raza de los toreros que no dudan en ofrecer su vida por la causa taurina.
Foto: Javier COTERA
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