Plaza 1 ha dado a conocer y divulgar los carteles de la Feria de San Isidro 2019. Es una amalgama de colores y significaciones que, sobre el papel, siempre podrán ser destacadas ausencias, presencias, olvidos y materializaciones que dicen mucho de quienes expresamos las opiniones, pues cada cual llevamos en nuestro interior el cartel o el conjunto de carteles que más nos podrían interesar. Y así mientras unos hablan de escaparate poco aceptable, de escaso interés y con muchos segundones en el papel, para otros son más que interesantes en una valoración de conjunto. Algo así como entendemos la vida y su dualidad, lo grande y lo pequeño, lo aceptable e inaceptable, lo bueno y lo malo, sin apreciar objetivamente que esta calabriada de blanco y tinto en lo que conforma la vida no tiene nunca para todos tonalidades iguales, por muy bien pintado que esté el cuadro.
La empresa ha puesto en escena lo que cree más útil, necesario y productivo para sus intereses mercantiles. Ello es entendible dado el carácter económico de costos, inversiones, gastos e ingresos que todo acto mercantil lleva consigo.
Otra cosa es, sin duda alguna, que quienes opinamos casi siempre solemos hacerlo muy atrayente, muy bonito, pero siempre en la nube de la irrealidad, de la suposición, de lo que yo haría si fuera su creador, su mentor, su clave. Pero la clave, el mentor y el pintor del cuadro es quien da los brochazos como buenamente sabe, desea y espera obtener su resultado. Con esto no quiero exponer que se suprima y se elimine la crítica, ni mucho menos, pero sí que ésta se haga con la fuerza, la delicadeza, el sentido del tacto, la objetividad y el análisis completo. En una palabra mano de hierro y guante de terciopelo, porque ya se sabe que las malas lenguas hieren como cuchillos afilados pero no producen ningún acercamiento ni en absoluto provecho alguno para sus protagonistas.
San Isidro, un año más, estará presente en el coso histórico y emocionalmente bello de las Ventas del Espíritu Santo de Madrid, con 34 festejos, uno detrás de otro como si fuera una comilona torera y periodística de cuando menos difícil digestión para contarla después de verla, pues hay que tener mucha afición y muchas ganas para embaular en el magín y luego contárselo a los lectores y seguidores, una tras otra, las corridas que sucesivamente van completando el largo ciclo del mes florido y hermoso.
A todos los toreros y ganaderos que van a ofrecer su vocación al docto senado que los contemplará mucha suerte y ánimo y sobre todo darles las gracias por su decisión pues sin ellos esta grandiosa y extraordinaria fiesta española no existiría tal y como la conocemos.
Al equipo empresarial que sus números cuadren.
Al personal de plaza que siempre atienda al respetable con una sonrisa.
Al público que sepa apreciar y respetar siempre la dificultad increíble que es dominar, templar y mandar en la fuerza bruta de un toro bravo.
Y a los antis que darán guerra y voces como casi siempre, que les den.
¡Viva, San Isidro labrador!
Foto:José FERMÍN Rodríguez
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