
Ya laten los momentos toreros en la Villa ducal y salmantina de Ledesma a pocos días de la llegada del Corpus Christi cuando era uno de los jueves que relumbraba más que el sol y la fiesta de toros tiene en aquella bellísima y acogedora localidad una proyección y apoyo que exige singular atención.
Su plaza y feria que organiza un ledesmino de pro como es José Ignacio Cascón que dirige además a un torero de raza, valentía y ánimo como es Damián Castaño, hacen que Ledesma reciba las miradas de muchos aficionados y seguidores especialmente ahora que los toros están volviendo a la senda que nunca debieron perder.
Ledesma por el Corpus es una localidad donde los espantos mantienen la vigencia de una tradición campera, única y singular, cuando los toros son conducidos por un terreno pedregoso desde el lugar en donde están recogidos hasta la plaza, mientras se suceden cites y llamadas de toreros de fortuna que intentan dar un lance a pecho descubierto y agilidad de piernas.
Pero los festejos de plaza tienen una especial predilección y seguimiento en toda la zona y en provincias limítrofes de Castilla y León. Allí, en Ledesma, centro de amor por el toro bravo y la fiesta, en esta ocasión han programado una corrida especial, una novillada con picadores y otra sin ellos de las denominadas de promoción para los nuevos y futuros valedores de esta fiesta, los chavales novilleros sin caballos que quieren ocupar un sitio en este variado mundo de la fiesta de toros. Una novillada concurso y una corrida de toros con tres figurones del toreo como López Chaves, Perera y Cayetano a buen seguro hará las delicias de propios y extraños un año más.
Y Ledesma abre sus puertas a forasteros, visitantes, mezclándose todos en una idea común y en un aspecto singular como es el de la Fiesta de toros.
Los días 5, 7 y 8 de junio en Ledesma está citada la afición en una plaza que cumple cien años dando toros y festejos de primer nivel.
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