Amaneció Dios el 1 de enero de 2012 y con el día de Año Nuevo murió la Cataluña taurina. Al menos la oficial. Y así hasta que el Tribunal Constitucional (TC) se pronuncie, si se da el caso. El Parlamento catalán prohibió las corridas de toros en Cataluña el pasado verano.
La prohibición taurina entró en vigor este domingo –1 de enero de 2012–, por lo que la Plaza de Barcelona ha pasado de ser la capital mundial a prohibir la tauromaquia en apenas 50 años.
Y ahora qué?. Así solía explicarse en una pegatina de no hace tantos años, cuando quería darse a conocer las excelencias de un lugar, de una actividad, de un sitio con encanto: “Y Tordesillas, qué?” fue una de las que conocimos.
Bueno pues ahora la Generalidad de Cataluña deberá indemnizar en los seis primeros meses del año a los empresarios taurinos catalanes que ellos mismos han tasado y elevado a unos 300 millones de euros, con la que está cayendo. Pero como ya dice el dicho una cosa es pedir y otra dar trigo, el Organismo de gobierno podría trasladar al presupuesto de la Generalidad de 2013 el hipotético pago aunque será el Gobierno autonómico el encargado de determinar el importe de la compensación económica a los titulares de derechos subjetivos afectados por la prohibición, con la coletilla democrática de «con audiencia a los interesados«, aunque les servirá para poco.
Eso sí en declaraciones a Europa Press, Leonardo Anselmi, activista argentino y portavoz de la plataforma animalista, considera que si el Congreso y el Gobierno modifican las normas nacionales se podría considerar que sería una decisión «prácticamente dictatorial».
Hay que joderse con estos antitaurinos de pitiminí, parecen a esos padres que se dirigían a los maestros con: “Mi hijo saca muy buenas notas porque es muy listo e inteligente, pero cuando las sacaba malas era porque el maestro ni hacia nada ni se preocupaba de enseñarle”. Siempre la culpa la tienen los demás. Costumbre extremadamente utilizada por muchos para cimentar sus bellaquerías y abusos, como los animalistas: Lloran de alegría cuando les favorece la decisión política de imposición al resto y nunca aceptan la decisión cuando es contraria a sus intereses.
Pues me parece que por mucho que voceen, la cosa solo tendrá remedio si los aficionados de Cataluña quieren y por ende, el resto de los españoles taurófilos; aunque con los pliegos de firmas promocionados por la ILP taurina se han visto y deseado para acabar de recoger el millón de rúbricas que se precisaba. Es cierto, y nadie lo duda, que ha habido organizaciones muy comprometidas en la recogida de ellas y también particulares colaboradores y fedatarios distribuidos por ciudades y pueblos españoles. Pero, siempre ha de haber un pero, la razón taurina es creer, creemos, que este mundo es único, intocable, y que nos pertenece desde su constitución formal y que nadie más puede acceder ni intervenir en él.
Cuestión tremenda esta al pensar que nadie ni nada podría hacer algo contra la Tauromaquia. A la vista está el ataque que recibe, constante, machacón, duro, violento, esta actividad desde todos los ámbitos para que desparezca de la faz de la tierra. De ahí que es preciso estar alerta, todos animados y unidos, buscando siempre mejorar y despreciar todos aquellos aspectos que pudieran ser negativos en la Fiesta para que esta siga con la preponderancia e interés entre la gente que siempre la ha querido para amarla, engrandecerla y disfrutarla.
angeles dice
Diga usted que sí. tiene Más razon que un santo en lo que dice.ajalá le hagan caso