Por el pozo airón se fueron los éxitos tanto del rejoneador Sergio Domínguez como de los novilleros el sevillano Manuel Olivero y el mexicano Pablo Martínez por el fallo tremendo con los aceros en la novillada mixta programada con motivo de las fiestas de San Miguel en la ciudad del caballero, pues de haber finiquitado a sus enemigos con mejor acierto el triunfo de la terna hubiera sido importante. Hasta uno de los espectadores, el colaborador informativo de Onda Cero Gonzalo Santos, resultó cortado en una mano al saltar el estoque de cruceta al callejón, tras hacer ballesta, cuando intentaba descabellar Manuel Olivero al segundo de la tarde. El cabezazo del toro lanzó el verduguillo contra el cuerpo de quien se encontraba en el callejón, cortándole en el dorso de la mano por lo que fue atendido en la enfermería de la plaza y trasladado posteriormente a un centro hospitalario de Valladolid para revisar si hubiera dañado o cortado alguno de los tendones de la mano.
Y vamos a lo visto esta tarde apacible en lo meteorológico, con sol y moscas, y tres cuartos de plaza ocupadas por los espectadores que entretuvieron la tarde con una novillada más que digna de los Requiles, novillos cuajados y ya para recibir un puyazo en la suerte de varas. Cuatro de las reses fueron aplaudidas en el arrastre.
Sergio Dominguez marró con el rejón de muerte tras una buena faena aplaudida. Silencio. En su segundo la faena resultó más completa y entregada ante el noble y bravo ejemplar corrido en cuarto lugar, un torete hecho y derecho. Tras el rejón algo caído recibió una oreja y dio una vuelta al ruedo aclamado por el respetable. Cabriolas, desplantes, y momentos de rejoneo clásico dieron el premio al centauro.
En lidia ordinaria, el sevillano Manuel Olivero, tuvo un lote muy aprovechable. Ante el primero Manuel Olivero pinchó reiteradamente al encastadito novillo de los Requiles. Su faena brindada al público no fue demasiado afortunada por lo que recibió dos avisos. El sevillano toreó muy cerrado, casi en tablas, cuando el novillo pedía los medios. Mejor ante el bravo quinto de los Requiles. Haciendo las cosas bien el sevillano rubricó su más capacitada faena con una entera. Oreja y fuerte petición de la segunda.
Muy asentado vimos al mexicano Pablo Martínez, con fundamentos toreros mejor asimilados. A su primero lo despachó de estocada tras pinchazo tendida y descabello. Recibió un aviso y el palco le concedió una oreja. En el que cerraba plaza, brindado al público, el mejor novillo del encierro, estuvo con ambas manos muy asentado, firme y poderoso, pero llegó el acero y, ay Dios, aquello se hizo interminable. Dos estocadas, una tendida y otra perpendicular y una docena de golpes de verduguillo atronaron al ejemplar que, caso de haber acertado el torero, hubiera cortado hasta el rabo del bravo animal. Pero así con las cosas. En esta tarde de Olmedo han sido los aceros los protagonistas por fas o por nefas. Y mira que los afiló bien el bueno del mozo de espadas Jaime Rubio entre barreras y antes de comenzar. Pero que si quieres arroz, Catalina.
Y como coda final, pronta recuperación para Gonzalo Santos.
OLMEDO. Novilladas Mixta. Tres cuartos de Plaza.
Novillos de los Requiles bravos, encastados y nobles, salvo el primero rajadito.
El rejoneador Sergio Domínguez, silencio y una oreja.
Manuel Olivero, aplausos y una oreja con petición de otra.
Pablo Martínez, oreja y aplausos.
LA TARDE DE OLMEDO EN IMÁGENES
FOTOS: José Fermín Rodríguez
Deja una respuesta