El Oceanográfico de Valencia ha visto cómo a sus puertas un grupo de «pacmeros», animalistas y antitaurinos se han colocado para mostrarse contrarios a todo lo que suponga supremacía del ser humano frente al animal. Esta ideología es el proyecto mundialista que trabaja para destruir la civilización y acaban llamando asesino al abuelo por ir a la pescadería y asesina a la abuela por comprar en la carnicería.
Asumir la ideología animalista es un error mayúsculo que es preciso combatir con todas las fuerzas a nuestro alcance. Y por eso un mundo donde prevalezca la Tauromaquia es fundamental para, si no erradicar esta lacra, al menos combatirla con armas, decisión, bagaje y fuerza, la misma que ellos promueven.
Los gritos, los carteles, las voces defendiendo, dicen, a los animales, es una mentira tan grande, extendida y ecuménica que ya está incardinada en la vida de muchas personas. Y como algunos dicen acabarán yendo a manifestarse a los colegios y centros públicos de niños para que no se desparasiten de piojos y liendres al llegar la primavera.
Empezaron insultando a quienes íbamos a las plazas de toros y esas manadas en las que cada vez más jóvenes proliferan con gritos de guerra no dudan en manifestarse ante el Oceanográfico de Valencia y aquí está la prueba. Por eso cuando hay políticos que compran esta ideología, las consecuencias serán más graves sin duda alguna.
Pues nada mejor arma para luchar contra este fraude que seguir promoviendo un mundo cada vez con más TAUROMAQUIA.
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