Magnífica y atrayente corrida de toros la celebrada hoy en Guijuelo con motivo de sus fiestas patronales, donde volvió a reconciliarse la bravura de unos toros de El Pilar, nobles, bien presentados y encastados, aplaudidos en el arrastre cinco de ellos, despertando la emoción, el aplauso y la atención de los espectadores. Damián Castaño que resultó cogido al entrar a matar en el que cerraba corrida, por un «dudote» de 530 Kilos de romana puso toda la carne en el asador con raza y ganas para pisar la arena de una plaza y pedir mayores oportunidades que con las que cuenta en estos momentos el bravo torero salmantino. Damián, salió a hombros tras el tremendo golpetazo que lo dejó sin aliento ni respiración por unos instantes junto a Manuel Jesús El Cid, el maestro de Salteras que exhibió una mano izquierda de poderío, temple y majeza. David Mora se fue de la plaza aplaudido, pues sólo cortó un apéndice del quinto de la tarde, cerrándosele la puerta grande por el fallo con los aceros.
Hoy en Guijuelo ha habido dos toros, uno al menos, de vuelta al ruedo sin ninguna duda por su bravura y acometividad. El tercero de la tarde «alambisco», incansable en sus acometidas, siempre con nobleza exigente que hicieron pasar al torero un trago demasiado duro, atemperado con el agua bebida y regada la espalda y la cabeza con la frescura del líquido elemento recobró el resuello para continuar la lidia y despachar al toro. El cuarto, lidiado por el Cid, queriéndose comer las telas y al que el de Salteras dio un repaso de poderío, gracia y temple a los sones del pasodoble y al que despachó de una estocada entera que tiró patas arriba al animal en el centro prácticamente del ruedo. Y el sexto, el ya citado «dudote» al que le dieron de lo lindo en el caballo y que derribó con fuerza , riñones y acometividad al jaco del picador.
Puede estar feliz y tranquilo esta tarde Moisés Fraile porque sus toros de El Pilar han sido bravos, tres de ellos casi ya cinqueños y tres cuatreños recién cunplidos, nacidos en agosto de 2012, pero marcados con el guarismo 3.
Destacar también la estupenda organización llevada a cabo por el gerente de la Plaza, José Ignacio Cascón que sigue pendiente hasta del orden en los areneros, respetuosos con su labor ante un diestro triunfador y descubriéndose de sus viseras en forma de saludo ante los toreros. El torilero, ataviado con el traje charro, típico de Guijuelo y de Salamanca en general que da una nota de cariño por las formas, digno de reconocimiento y aplauso; los alguacilillos con el uniforme de golilla y penacho de plumas; la interpretación del Himno Nacional de España antes de empezar la corrida y el minuto de silencio en el recuerdo del torero Víctor Barrio y de José «el corralero de la plaza». Por poner una pega, el exceso de arena en el piso que dificultaba el movimiento seguro a los toreros. Si a eso se añade la atención tenida para con mi persona por el equipo veterinario de la plaza con el que compartí burladero, María del Mar y Pedro Martín y el siempre afectuoso Juan Iglesias, el doctor cirujano de la plaza que debió intervenir a Javier Rodríguez, el subalterno de Damián Castaño cogido dentro del burladero por el tercer toro tras parearle atropelladamente, de una inflamación y golpe fuerte en la región lumbar; la información al instante de Carlos Martín, el excelente creador de «Novilladas sin», los dos soberbios pares de banderillas colocados por Ángel Otero al sexto de la tarde por lo que tuvo que desmonterarse y saludar la ovación del respetable; la sencilla belleza en el toreo de David Mora, la raza de Castaño y el temple y poderío de El Cid, la tarde mereció y mucho la pena.




























Guijuelo.Corrrida de Toros. 15 de agosto.
Seis toros de El Pilar, bravos y nobles, aplaudidos cinco de ellos en el arrastre, para Manuel Jesús El Cid, silencio y dos orejas. David Mora, silencio y una oreja y Damián Castaño, oreja y oreja.
FOTOGRAFÍAS: José Fermín Rodríguez.
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