No es moco de pavo que el diestro David Luguillano, tras sus operaciones de codo que le apartaron de la actividad de los ruedos y de su torería, haya aparecido en carne mortal y muy recuperado, ante los aficionados vallisoletanos en la entrega de premios del Círculo taurino de la Flecha, mostrando, como él mismo nos dijo, ánimo y deseo de volver a vestirse de luces en esta ya inmediata temporada. Aunque siempre con la recuperación de su dolencia bien hecha, sin prisas pero sin pausa, para que la soldadura ósea sea la adecuada y no le impida una vez más desarrollar su arte por esas plazas de Dios.
Allí estuvo David y con gran alegría porque le acompañaba su mentor, quien también ha salido de la cornada que la enfermedad le propinó en el riñón, su padre Clemente Castro. No faltaban los miembros de la familia, alguno de ellos galardonado con un obsequio por la Peña taurina como su tío Santiago, el ocho veces torero de puerta grande de Madrid. También estaba presente su hermano Jorge, ayuda inestimable en el desenvolvimiento de la profesión del diestro.
Digo, pues, que la noche del sábado la pasaron muchos aficionados en el Jardín de la Abadía, ese emporio acogedor que ofrece una gastronomía envidiable en cuanto a fondo y forma, regentado por la familia Oliveira, para presenciar la entrega que la Peña taurina de la localidad presidida por el tranquilo y modoso presidente José Luis Sánchez, quien pidió al alcalde de Arroyo, presente en la mesa, la presencia y contratación de Luguillano a la corrida de toros a celebrar durante las fiestas patronales de San Antonio 2011, por haber sido el triunfador en la edición pasada y cuyo premio recogía el diestro.
En la mesa también estaba presente para recoger su premio la ganadera Olga García Jiménez, propietaria de la novillada sin caballos dentro de las de promoción vallisoletanas, celebradas en el mes de julio y cuya final se disputó en septiembre coincidiendo con las fiestas de Nuestra Señora de San Lorenzo.
La joven ganadera y empresaria quien destacó en sus palabras la profesionalidad y el cariño con que debe desenvolverse toda actividad relacionada con los toros, agradeció el premio obtenido por la novillada lidiada en Valladolid, perteneciente a la vacada que pasta en el Cabaco, con el hierro de Hermanos García Jiménez.
También recogió su premio el peñafielense Javier Margüello, torero popular donde los haya, cortador excepcional de toros y aficionado cabal a la tauromaquia de talanquera, quien pese a su carencia de cabello más se le podría señalar como «el divino calvo» por aquello del buen hacer de quiebros y cortes ante las astas de un toro.
La amplia mesa, moderada por Manolo Illana, estuvo completada por Santiago Castro y el alcalde de Arroyo de la Encomienda e hizo pasar una hora entretenida al abigarrado grupo de aficionados, representantes y directivos de peñas taurinas, compañeros de los medios de comunicación que llenaban el local de la Abadía.
El Círculo taurino de la Flecha ha dado una muestra más de su buen hacer y así quedó reflejado ante los asistentes en la noche del sábado.
Fotos: Miguel de Castro
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