Con su pelo ensortijado y su cámara al hombro, el abulense Luis Vega tiene una pasión que es la fotografía taurina.
Desde hace algún tiempo vengo coincidiendo con él en diversas ferias por pueblos y ciudades en donde se corren los toros. Le aprecio y saludo siempre con afecto, sobre todo desde que compartimos sitio en un burladero de una plaza para retratar él y contar yo las hazañas y faenas de un torero en tarde de feria. Afable y callado, trabajador y artista ahora muestra en los pasillos de acceso al tendido en la plaza de toros de Valladolid una exposición de instantáneas taurinas, plenas de plasticidad y buen hacer.
Sus fotografías de grandes dimensiones recogen algunos instantes del lance torero, el pase, la verónica, la estocada o el momento mágico que queda grabado en la retina del autor y plasmado en papel fotográfico para eternizar ese instante de belleza y hondura de un hombre ante las astas de un toro. De alguna forma, el trabajo de Luis Vega como el del elenco amplio de fotógrafos taurinos, son guardianes de la lindeza instantánea, raptan la hermosura y la hacen pública al resto de aficionados que son quienes luego apreciamos el atractivo y el encanto de su esfuerzo impagable. Él mismo dice que la fotografía es “arte y pasión”, captar el instante de luz, aprehender lo metafísico y lo etéreo y mostrarlo físico y real, instantáneo.
Recientemente ha sido galardonado con el primer premio de fotografía nacional taurina en Madrid, casi nada al aparato del daguerrotipo, y en su obra cuyo avance de contenidos puede verse en su propia web taurovega.com ha recogido los instantes que marcan una vida de un personaje, de un artista, de un torero.He repasado con él los cuadros a tamaño grande donde se hacen verdad las fotografías de su obra, un ejemplo pequeño de cuanto sabe hacer con el ojo mecánico de una cámara fotográfica y la verdad es que todos cuantos aficionados pasen por la plaza de Valladolid un día de corrida, no deben dejar de admirar la obra de este hombre, artista señero de la fotografía taurina. Ha hecho muy bien la empresa VALTAURO de colaborar para que Luis Vega en esta ocasión exponga sus lienzos artísticos fotográficos en un enclave tan singular, bello y común como es la Plaza de Toros de Valladolid.
Todo el equipo de fotógrafos de medios de comunicación, de colaboradores, que se dan cita cada tarde en el coso del Paseo de Zorrilla como en el de cualquier plaza de España, son merecedores de aplauso y reconocimiento, sobre todo por el significado que tiene su labor de promoción de la fiesta, de autenticidad y de preciosidad plástica, y de acercar al resto sus instantes emotivos, de miedo, de esperanza, de triunfo, de alegría o de dolor.
Entre ellos, Luis Vega, un abulense afincado en Valladolid, al que le mueve la pasión por los toros y cuyas instantáneas han entrado en el Cossío y en la historia taurina por méritos propios.
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