Sin resultar excesivamente triunfal, ni tampoco grandioso, el festival taurino celebrado esta tarde en Mayorga concitó la atención del público por el interés despertado para ver a Joselillo, Damián Castaño, Clemente y Gerardo Rivera ante los erales de los Bayones lidiados esta tarde, bravos dos de ellos aplaudidos en el arrastre, bronco pero muy bien hecho el tercero y manso y rajado el cuarto de la tarde que a poco da un disgusto serio a su lidiador el mexicano Gerardo Rivera, al cogerlo sin consecuencias cuando le instrumentaba los lances de recibo.
Este festival de Mayorga que estuvo presidido por el mismo Delegado territorial de la Junta, Pablo Trillo Figueroa, sí que tuvo algunos detalles que conviene resaltar. Primero y ante todo, el extraordinario tiempo climatológico, con luz y calor amable en el graderío que prácticamente se llenó en sus tres cuartas partes del aforo. El Despejo hecho por un grupo de la localidad haciendo el recorrido con el baile de «El pepe» a los sones de los músicos que amenizaron el espectáculo y golpeando con sus varas el bastón mientras cantaban a coro: «A Chencho un toro, ¡qué vamos a hacer! le rompió la capa en el redondel, le rompió la cara y nosotros también». El ruedo especialmente duro y con irregularidades que no dejaban ejercer con tranquilidad las suertes.
Abrió plaza José Miguel Pérez «Joselillo», con el deseo de agradar en sus lances, espatarrado con el capote y luego compuesta la figura en la muleta, entregado especialmente por el pitón izquierdo donde hubo un par de naturales de bella factura, rematando con una trincherilla elegante. Por el pitón derecho el toro iba algo peor, sin embargo el de Valladolid logró una serie aplaudida. Perfilado para matar, pinchó sin soltar y de nuevo entrando al burel le recetó un volapié con estocada entera saliendo golpeado de la suerte en el pecho de tan ceñida como la interpretó. Una oreja fue el premio recibido de manos de las reinas de las fiestas mayorganas.
Damián Castaño toreó un burraquito de los Bayones, bravo, que embestía siempre con el rabo tieso y remató en burladeros. El menor de los Castaño brindó a Jorge Manrique y estuvo con sitio y entregado. Largos muletazos con la mano derecha muy aplaudidos, terminando su faena de rodillas ante la cara del novillo. Pinchó arriba sin soltar y tras una estocada entera caída, recibió una oreja del usía.
Clemente, el rubio torero francés, que venía con su apoderado Zúñiga, pidiéndole calma en su trasteo, fue quien mejor toreó de muleta esta tarde, rematando con gusto las series y embarcando al novillo en todo momento. Interpretó unos naturales de cierta gracia y dulzura, pero falló con la espada al pinchar con un metisaca que asomaba y una media que echó por tierra al novillo.
Gerardo Rivera recibió al suyo sacándole a los medios y allí le enjaretó cuatro chicuelinas aplaudidas, pero fue revolcado al rematar por el novillo más cuajado en volumen de los lidiados esta tarde, pero rajado en cuanto el mexicano le bajó la mano. Había banderilleado él junto a David Picón, uno de sus subalternos y pese a intentar sacar de la querencia al de los Bayones su faena resultó más bien deslucida aunque valiente. El toro se le puso gazapón a la hora de matar y el aviso llegó desde el palco. Luego pincharía en varias ocasiones silenciándose su labor.
En la despedida todos los participantes de este festival fueron aplaudidos por el público.
Y una vez terminado se soltaron vaquillas para los aficionados que hicieron de las suyas, entreteniendo y alegrando una tarde de fiesta en la coqueta plaza que instalan en Mayorga para celebrar sus fiestas patronales.
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