¡Qué momentos más especiales los vividos esta tarde en la plaza de toros de Madrid en el esperado mano a mano entre Curro Díaz y José Garrido, sobre todo porque han demostrado a todos la pasta de la que están hechos estos diestros, plenos de emotividad, entrega y raza torera, superándose ellos mismos ante las dificultades y sobre todo ante la desgracia, la cogida, el perjuicio, el dolor y el daño en su propia integridad!. Los toros del Puerto de San Lorenzo, lustrosos y cuajados, sacando la sangre atanasia en sus genes, huidizos, rajaditos, broncos y con peligro pusieron la emoción en los tendidos porque se veía, no ya el revolcón inminente, sino que estos animales descastados, mansos y peligrosos hacían estremecer al más pintado, ya fuera miembro de cuadrilla, ya espada titular del mano a mano de esta espléndida tarde de toros con tres cuartos del aforo completo en sus tendidos de las Ventas del Espíritu Santo.
Hoy se ha visto la madera de héroes que tienen por timbre de gala los toreros, máxime cuando actúan en Madrid. Oír esos olés rotundos en unos momentos del trasteo de Curro Díaz, con dos naturales llenos de hondura y majeza, o la lidia del subalterno Chacón al cuarto de la tarde, un toraco que regateaba como si se tratara de un futbolista avezado, frenando su embestida, poniendo la emoción y los cinco sentidos, pues las frenadas como antes hizo el tercero de la tarde eran de auténtico problema. Contemplar cómo José Garrido tras ser cogido por el cuarto de la tarde, rajado y que embistió a oleadas, fue llevado a la enfermería en volandas de las asistencias y, al poco rato, aparecer de nuevo en el ruedo para despachar al sexto de la tarde, un tanque de toro, que tardó unos minutos en ser soltado del toril por aquello de dar tiempo a la recuperación del maestro y su salida del dispensario médico para terminar su trabajo con muestras evidentes de dolor. Por eso, ya mereció la pena echar la tarde en esta corrida de la Feria de otoño cuando los acerolos y los membrillos maduran y amarillean.
Tarde de toros emocionalmente llena de matices e interés para los aficionados, jugándose un encierro del Puerto de San Lorenzo manso y rajado en líneas generales donde dos toreros, Curro Díaz y José Garrido, pusieron la raza, las ganas y la heroicidad, siendo volteados el primero en tres ocasiones y el segundo en dos, sin importar el daño, porque Madrid quita y Madrid da. Y eso bien lo saben quienes tienen la fortuna de comparecer en esta mater et magistra aula del toreo, ante este público que cuando grita ¡Olé! retumban hasta las pilastras y los cerrojos de la plaza.
Esta fue la ficha de la corrida:
Plaza de las Ventas, 1 de octubre. Feria de Otoño
Seis toros del Puerto de San Lorenzo pitados en el arrastre para
Curro Díaz, división de opiniones, ovación con saludos y fuerte ovación.
José Garrido, silencio, palmas tras dos avisos y ovación tras dos avisos.
Fotos: José FERMÍN Rodríguez
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