La Plaza de toros de Mallorca volverá a lidiar una corrida de toros, esta con carácter de las denominadas «monstruo» para celebrar la vuelta al coliseo balear, 90 años después de su inauguración y dos desde que en 2017 el «Govern» de las Islas aprobara una ley para legislar la Tauromaquia en las islas, desnaturalizando el espectáculo. En diciembre del pasado año, el Tribunal Constitucional anuló completamente mediante una nueva sentencia hasta cinco artículos de la norma, así como parcialmente otros artículos e incisos, restituyéndose así los festejos para que sean lidiados, picados, banderilleados y muertos a estoque en esta ocasión seis ejemplares de Juan Pedro Domecq para Morante, El Juli, Manzanares y Roca Rey.
Y esta decisión y esta actuación se debe, entre otras personas, a la dedicación, profesionalidad , visión económica y esfuerzo de la empresa regentada por Toño García Jiménez «Toño Matilla», al que tantos adulan y otros critican en sus actuaciones, pero que es un ejemplo de profesional taurino, con una visión excepcional como se demuestra en la contratación de esta corrida que a buen seguro atiborrará el escenario del querido coso balear. Volver después de la ausencia y de las prohibiciones es así como debe hacerse con toda la grandeza que uno dispone.
Indiscutiblemente, el cartel es un cartel de campanillas, recoge de lo mejorcito que hoy día demanda el público que decide acudir a una plaza para presenciar y disfrutar con la fiesta de toros. Y aunque no faltarán críticas, la verdad es que la decisión, el riesgo y las contrataciones corren a cargo de Funtausa SA, demostrando, una vez más, que quien está haciendo realidad una idea más que merecedora de apoyo es una familia salmantina que conoce muy bien este sensacional espectáculo en el que se mueve ahora mismo la fiesta de toros. ¡Enhorabuena, suerte y éxito!
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