La edad, el tiempo ese juez inexorable que a todos llega, aparta de la información taurina por televisión a Manolo Illana. Grana y Oro, el programa con el que lleva colaborando nada menos que 29 años, termina con un colaborador como Illana que ha servido, entregado y dado lo mejor de su conocimiento al medio y a la causa taurina.
El aprecio por Manolo Illana, una institución singular en las plazas de toros y en los mentideros taurinos, conferencias, debates y coloquios, ha sido siempre destacable en quienes le hemos conocido. Ni una palabra irónica ni lacerante pese a discrepancias lógicas, ni una mala acción. Siempre la sonrisa afable y el afecto propio de quienes están remando en el mismo barco.
Su amigo y compañero Carlos Martín Santoyo lo despedía emocionado en un final de programa esta misma semana, recogiendo una colección de fotografías desde cuando empezó todo, esta andadura singular de la información taurina para la televisión, que se ha prolongado por casi una treintena de años, un soplo en la vida de cualquier persona.
Manolo Illana siempre dado y entregado a la causa torera, ensalzando virtudes de los diestros y escondiendo detalles menos nobles en acciones, se ha despedido del medio con un nudo de emoción en su garganta tal y como puede comprobar el lector y seguidor de este portal en la noticia de Grana y Oro esta semana.
Los cambios, los nuevos rostros, acceden a esa plataforma del medio de comunicación que lleva imagen y sonido a los demás y que ya solo va quedando del ayer una amalgama de colores y tenue polvo.
Suerte, Manolo, y gracias por tu aportación, aunque tú y yo no nos hayamos comprendido con la causa taurina tordesillana del Toro de la Vega.
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