No pudo ser que triunfaran los novilleros, ante la media plaza de público, que hoy se habían dado cita en la Villa pinariega vallisoletana de Pedrajas de San Esteban. Tan solo las orejas cortadas, una por torero, a los utreros de los Hermanos Sánchez Herrero que resultaron broncos, deslucidos y mansotes y faltos de raza, excepto los lidiados en segundo y tercer lugar, bravos y nobles. En general todo el encierro fue obsequiado con dos y tres varas por los varilargueros, llevándose la tajada el quinto con cuatro y media de antología. En séptimo lugar, y por regalo del empresario de la Plaza Simón Caminero, se lidió un toro de Concepción Quijano, deslucido pero con movilidad.



Los novilleros que estaban contratados hoy en la segunda de las novilladas del «Piñón de España» fueron Juan Millán, de Alcalá de Henares (silencio, silencio y aplausos en el de regalo); Manuel Cuenca Nicolau, de Hellín en Albacete (oreja y aplausos) y Alejandro Pavón de Sevilla (Oreja y aplausos).

Cuando falta una de las partes en litigio, el pleito no existe, no se da. Pues algo así ha sucedido esta tarde en Pedrajas de San Esteban. Una deslucida novillada en general de los hermanos Sánchez Herrero, en otro tiempo triunfadores de este certamen, y unos novilleros que ni pudieron ni estuvieron a la altura debido a las circunstancias. Tan solo la oreja cortada por Manuel Cuenca al segundo de la tarde, pese a despacharlo con un pinchazo infame y una buena estocada fue de lo más destacado del festejo. Manuel Cuenca lidió al novillo de mejor tranco, pero en el otro de su lote, pese a recetarle tres varas de usía, muy mal lidiado por la cuadrilla, más alterada que de costumbre y eso que el muchacho puso también los rehiletes a este toro que llevaba la cara altísima, en las nubes y midió reiteradamente las tablas para saltar. Como no podía merced al castigo en varas recibido, llegó a dar un topetazo a la puerta de arrastre, al lado de los toriles, por si se abría para escapar lejos del mundanal ruido.

Manuel Cuenca se colocó bien y toreó muy despacio con la mano derecha, colocándose bien ante sus enemigos y además banderilleó con cierta gracia en alguno de los pares, como los prendidos al violín, por lo que la oreja estuvo merecida.
Alejandro Pavón también fue premiado con una oreja por su faena ante el tercero de la tarde. Había brindado al público y entre los sones del pasodoble magistralmente interpretado por la banda de música de Pedrajas hizo una demostración aseadita, bien es verdad que cruzándose muy poco ante la cara del toro de Sánchez Herrero. Una estocada entera, con desarme de muleta, sin embargo no fue óbice para que el público le premiara con la oreja. En el sexto que brindó a Joselillo, el torero vallisoletano presente en el callejón, brilló la lidia de Antonio Chacón, su peón de confianza. Pavón con la muleta basó su faena en la mano izquierda, logrando bellos pases naturales cargando la suerte, con cierto garbo y estética. Incluso el baile acompañando los sones musicales del pasodoble hasta el desplante final hacían presumir caso de lograr la estocada, la puerta grande para el torero sevillano. No fue así y tras pinchar varias veces recibió un recado en forma de aviso, hasta que logró una media que echó por tierra al ejemplar.
Juan Millán, un torero que traía Manolo Sánchez, y que además tuvo que hacer faena a tres toros, los dos suyos y el de regalo empresarial, vio como sus tres faenas se silenciaban por la concurrencia. Bien es verdad que el primero que abrió plaza no tuvo demasiado recorrido, manseando ostensiblemente. El muchacho tuvo que ir a la puerta de toriles prtácticamente para sacar agua de un poco seco. Dos pinchazos, estocada y descabello acabaron por silenciar su labor.
Y si el primero no le había acompañado al diestro, el segundo, cuarto de la tarde, no terminó de romper.Lo recibió a pies juntos en un lance bonito y lo despidió con dos chicuelinas y una media de remate, aplaudidas por el público. Con la muleta una faena insulsa y sin sustancia, tanto que desde el tendido un aficionado le grito: ‘»¡dale sitio!», porque el torero ahogaba en cierta manera la embestida de la res. Estocada y dos descabellos mandaron al desolladero al ejemplar. En el séptimo, de regalo, tampoco se lució el torero madrileño, pese a intentarlo con todo su interés y afición.

En resumidas cuentas, la novillada primera de los Bayones un dechado de virtudes y de bravura y hoy, la de Sánchez Herrero, vulgar y rajadita, manseando los utreros. Eso sí todos estuvieron excelentemente presentados. Ya nos dirá Javier Fernández Cisneros, el Presdiente de la corrida, quién ha ganado este año el Piñón de España de Pedrajas de San Esteban.
NOTA:
No acabábamos de colocar la crónica y nos avisa el Presidente de la Plaza Javier Fernández Cisneros que el ganador del Piñón de España de este Certamen y edición 2013 es Borja Jiménez, el novillero que actuó ante los toros de los Bayones, cortando tres orejas.
Fotos: Jesús López
pedro sepulbeda garcia dice
hablo de la segunda novillada que es la unica que he visto soy un aficionado de a pie y fui a ver ha CHICUELO DE HELLIN (Manuel Cuenca) por que mes gusto mucho en el bolsin taurino tierras de zamora. M e encanto con el primer toro tanto con la mano izquierda como con la derecha creo que es un torero con valor y es cierto que con una novillada a sus espaldas esta un poco falto de oficio,seguro que si le dan cancha puede ser un torero muy interesante.Del segundo novillo creo que el comentario deve ser dirigido al ganadero tiene que hacer una reflexion importante creo que esta perdiendo la casta a borvotones y me da mucha pena por que me consta que es un gran profesional y un hombre honesto.