Tras haber pasado las XIV Jornadas taurinas que la Federación puso en marcha en los salones de Caja España, entidad que en Valladolid ha propiciado de alguna forma la colaboración para el mejor conocimiento, análisis y discusión de la fiesta de toros, los protagonistas de los coloquios, mesas redondas y conferencias asistían invitados por la Entidad a compartir el pan y la sal a mesa y mantel en diversos recintos de lugares significativos para la gastronomía, donde además de degustar las gustosas viandas preparadas por sus responsables, se hablaba de toros. Tal ha venido sucediendo desde los catorce años que, sin parar y jornada a jornada, han acercado una gastronomía propia de la tierra a cuantos participaban en coloquios y parlamentos.
Un ejemplo bien claro de ello son: Paco Martínez, de la Criolla, el mesón taberna, establecimiento genuino, aposento de empaque y relumbrón en esto de repartir comida junto a la Plaza mayor vallisoletana; Juan Burgos, del Asturiano, competidor incansable, experto y entendido en el trato humano y la acogida, por detrás del teatro de los sueños del Calderón de la Barca; Manuel Astorga, de la Perla de Castilla, diestro en el toque personal en los platos perennes de la cocina castellana y, cómo no, Pedro y Paula del Mesón Casa Pedro, a la orilla misma del río en Herrera de Duero en un incomparable marco donde se asa el churro al horno de leña. Ellos han hecho posible que muchos de los actos programados por la Federación taurina tengan su complemento alrededor de una mesa aprovisionada, surtida, en una palabra, bien abastada, como dejó dicho el clásico; de esa forma, compartir la vianda tras la exposición taurina ha hecho aún mejor, si cabe, la reunión convocada. La fotografía de Miguel Ángel Perera, el diestro pacense, degustando el lechazo de una cazuela servida mientras Pedro escancia vino en la copa como acompañamiento imprescindible del guiso, es un ejemplo de cómo también los profesionales más directos no se privan, aceptan y utilizan también esas exquisiteces gastronómicas que se les ofrece.
A todos ellos, el reconocimiento y las gracias. Reconocimiento porque ellos mismos son quienes proporcionan el suministro y gracias porque se las merecen. Sin ellos y sin sus esmeros y atenciones quedaría coja en cierta forma la gestión realizada. Por tanto y en nombre de la Junta de gobierno de la Federación taurina nuestro aprecio, estima y cariño.
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