La verdad que es preciso mostrar orgullo taurino para celebrar toros en esta ocasión ayer en Melilla, con lo que la temporada va discurriendo sin sobresaltos y sobre todo con la reivindicación más amorosa, comprometida y señalada para la fiesta de los toros. La tarde noche del martes primero de septiembre, en la Mezquita del toreo de Melilla, primorosamente lucida y hermoseada, se celebró una corrida de toros de Julio de la Puerta para los diestros Luis Miguel Encabo, David Fandila «El Fandi» y Sebastián Castella. Los tres salieron merecidamente por la puerta grande de la plaza cuando ya la noche tendía su manto sobre la ciudad norteña en la plaza africana de España.
Había sonado el himno nacional, antes de romper el paseíllo y la ovación, orgullosa y atronadora del público corroboró las últimas notas de interpretación. Luego, toreo diverso como el sabor añejo del madrileño, el espectáculo explosivo del granadino y el magisterio del francés hicieron vibrar la tarde. Y junto a ellos, a su lado, los espectadores así como el equipo de personas que han hecho posible que haya toros donde se olvidaron de correrlos: Hoy Melilla, ayer Mallorca y mañana Barcelona. El esfuerzo merece la pena y por eso es preciso apoyarlo y reconocerlo.
En las fotografías de José Miguel Arruego, el triunfo de los toreros con salida final a hombros y el bello edificio de la plaza de toros de Melilla.
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