¿Dónde están los grupos animalistas tan proclives a gritar, insultar y vejar al mundo taurino y ganadero que no levantan la voz ante los terribles incendios de finales de año en Cantabria, en Asturias, en Navarra…?. Ubi sunt?. Como si del «gaudeamus igitur» universitario se tratara, pocos alzan la voz, casi nadie cuestiona y los grandes debates en los medios obvian y dejan correr el tiempo para que éste, con las últimas lluvias escasas, sea lo que haya acabado con los pavorosos incendios, seguramente provocados pues no es razonable que tantos y tan seguidos los produzca la naturaleza, mucho más sabia que todos los humanos juntos.
Dicen que la Guardia civil investiga los mismos y han dicho que posiblemente la quema de rastrojos para la regeneración de pastos e imprudencias de personas sean las causas de ellos. En todos la Unidad de emergencias se ha hecho presente en la extinción de un centenar de incendios en Asturias; en Cantabria hubo más de 30 incendios forestales activos; en Galicia ardieron más de 100 hectáreas de monte. En Guipúzcoa un incendio en el monte Igueldo… Los animales salen despavoridos y buscan salvar el pellejo y la vida, aunque no todos lo han logrado.
No hay piedad ni vergüenza hacia el medio por quienes provocan estos terribles, crueles y duros quebrantos del entorno natural, pensando en mejorar ellos sus riquezas particulares, destruyendo el arbolado, los parajes y llenando de miseria y cenizas los bellos entornos y paisajes.
Las dehesas que cobijan los toros bravos, gracias al sistema de explotación ganadera, se ven protegidas de estos incendios pues es fundamental el aprovechamiento de pastos por los animales. Algo a tener muy en cuenta para facilitar a esas explotaciones agropecuarias un mayor apoyo porque salvaguardan de forma natural este gran patrimonio que es el campo.
Mal acabó el año debido a estos lamentables y repudiables sucesos de fuegos en invierno. Ya veremos qué sucede en el verano si las temperaturas siguen así y la maldad anidando en el ser humano.
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