Las fiestas de Mojados celebraban hoy una becerrada de escuelas taurinas con la presencia de muchachos de diversos lugares de la geografía española que dieron cuenta de cinco erales de Eduardo Martín Cilleros, difíciles y complicados para los novilleros los de capa castaña, y buenos, bravos y encastados los dos de capa negra lidiados en cuarto y quinto lugar. Intervinieron Javier Casares, de Medina del Campo, silencio; Víctor Álvarez, silencio; Jesús Martínez, de Moralzarzal, aplausos; Santiago Muñoz, del Puerto de Santa María, dos orejas y Ángel Sánchez, de Colmenar Viejo, ovación y petición de oreja.
La verdad es que ver desangelado el graderío inmenso de la plaza de toros de Mojados a la que llaman de las Ventas, con tan poco público y las instalaciones del tendido tan grandes, amplias y elevadas daba sensación de cierto descorazonamiento por la inversión realizada en un recinto que, para verlo lleno costará Dios y ayuda y todos los habitantes de la comarca. No obstante, el aficionado y animoso público mojadense acude con sus mantas, equipado para el frío, chaquetas y viandas con las que se pasa mejor el tiempo en los toros.
No estuvieron acertados los tres primeros muchachos que se enfrentaron a los novillos atanasios que dieron más de un revolcón a los aspirantes a torero, con unas faenas anodinas, sin sitio y de cierto aburrimiento por las dificultades para meter el estoque en los animales. Cayeron avisos, rebullía la gente en el graderío y no se divertía demasiado con cuanto estaba viendo, hasta que llegó Santiago Muñoz en el cuarto de la tarde y dio un recital de saber estar, estilo y toreo, logrando además un estoconazo en el sitio que derribó al animal y desató la petición de la oreja que le fue concedida por partida doble, logrando ser así el triunfador del Certamen. Cuando el muchacho paseaba su triunfo por el anillo, un espectador desde el tendido le lanzó un sanwich de jamón de york envuelto en papel de alumnio y, el torero lo devolvió, diciéndole ¡cómetelo tú !», entregándoselo a Pepe Mayoral que se hallaba en el callejón.
Estuvo también muy aseado, con estilo y cierta clase Ángel Sánchez que cerraba el festejo, y sobre todo con la mano izquierda templó al mejor novillo del encierro que le tocó en suerte. Falló a espadas por lo que hubo de conformarse con la ovación del público que recogió desde el tercio.
En la despedida los cinco novilleros salieron juntos de la plaza, escoltando al triunfador de la tarde, como se muestra en la fotografía que acompaña este reportaje.
Y el sábado, la corrida de toros aplazada que empezará a LAS CINCO EN PUNTO de la tarde, según nos indica la empresa adjudicataria de los festejos.
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