Todos los portales taurinos se hacen eco de la despedida ayer mismo del programa «Los toros» en la Cadena Ser que ha estado en antena 49 años. Su programa “Los toros” salía al aire en la medianoche de los domingos y fue el más escuchado en todo ese tiempo, con cifras de audiencia hasta ese momento que nadie logró superar. Consiguió que “Los Toros” fuese el programa de referencia del toreo y las principales figuras, empresarios, toreros, ganaderos, banderilleros, mozos de espadas… atendían sus llamadas y contaban sus vivencias cada domingo, algunos mientras regresaban a sus casas y localidades de origen tras haber intervenido en un festejo de toros.
Manolo Molés vino a Tordesillas el año 1979 como ayudante de Mariví Romero para conocer y transmitir el festejo taurino ancestral del «Toro de la Vega». La entonces llamada revista de toros de TVE filmó el festejo y la muerte del morlaco y la reprodujo unos días después con un soporte musical contrario del cantante brasileño Roberto Carlos que originó algunas y escasas protestas.
Es verdad que Molés ha sido un «pope» en la información taurina radiofónica y televisiva iniciada en el Diario Pueblo, cuando casi todos los medios escritos y hablados tenían sus páginas dedicadas a la fiesta de toros. Hoy, por ayer domingo, el cierre definitivo del programa en la Sociedad Española de Radiofusión supone un abandono más de la información taurina en el otrora prestigioso medio radiofónico. Sus momentos más destacados estuvieron en los comienzos de las transmisiones televisivas de toros en el Canal de pago junto al diestro madrileño Antonio Chenel «Antoñete».
Creo que más que una marcha, lógica ya por la edad del periodista contrastado y especializado en la información taurina, el desencanto es por la dedicación de una emisora tan reconocida y de amplio espectro como la SER al mundo taurino, al que entre todos, por unas cosas u otras, quieren olvidar y dejar de lado hasta que consigan su desaparición de la faz de la tierra.
Molés ya era figura amortizada, sin duda alguna, en esto de los toros y en especial tras la difusión por redes de toda la información taurina y de cualquier otro tipo, en uno u otro sentido. Lo malo es la puntilla que da la SER a la fiesta, una emisora que tanto logró y obtuvo de ella.
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