Estas palabras pronunciadas en su localidad natal, Puebla del Río, por José Antonio Morante de la Puebla, un torero con halo y llamada, expresión y porte, señorial y abierto, da la medida de la personalidad del mismo. La entrega de 15.000 euros, como beneficio del festival taurino, organizado por él, y celebrado por octubre del año pasado a la organización benéfica «Cáritas diocesana» hace que varias familias de la zona reciban apoyo económico y ayuda ante las dificultades por las que pasan en estos momentos.
La cara solidaria en esta ocasión del diestro sevillano es un signo evidente más de su vuelta para echar una mano en la Puebla del Río al tradicional festival que se suele celebrar cada dos años en las tierras cigarreras que baña el Guadalquivir. Esta vez fue el diestro peculiar, hijo del pueblo del que todos se enorgullecen y que ha alcanzado la cima del escalafón torero actual merced a su peculiar forma de torear, agradable, templada y mecida.
Son quince mil euros de vellón los obtenidos tras el pago de todas los costes ocasionados por su organización que, como se recordará, ofreció un festival en el que fueron lidiados seis novillos de Zalduendo para la lidia a pie y uno del Capea para rejones, por Francisco Ruiz Miguel; José Ortega Cano; Vicente Ruiz El Soro; Morante de la Puebla y el novillero Daniel de la Fuente, mientras Diego Ventura actuó a caballo rejoneó la res de Capea. Festival que acabó con el triunfo total de todos los matadores, repartiéndose catorce orejas y cuatro rabos.
Que haya tantos y tantos toreros que dedican tiempo y parte de su fortuna a la ayuda de su comunidad o de un compañero herido, o por una causa singular altruista y desinteresada, se da en ocasiones en nuestra sociedad más empeñada en ocasiones en hacer bandera de su valer y valor que en las causas de ayuda al necesitado. Las plazas de toros han tenido muestras, y las seguirán teniendo, de esas chispas de solidaridad y ejemplo, con festejos benéficos que sirven también de estímulo y acicate a personas dormidas y ensimismadas con sus propios egoísmos.
Este caso de Morante de la Puebla que esta temporada hará el paseíllo cinco veces, cinco claveles, cinco, (Garcigrande; Victoriano del Río; Núñez del Cuvillo; Jandilla y Alcurrucén), en la Maestranza de Sevilla, merece ser destacado por sí mismo y estos 14.402 euros entregados a Cáritas que le sirvan de estímulo para seguir apoyando a los necesitados.
Foto: José FERMÍN Rodríguez
gonzalo ramos aranda dice
ENA . . . MORANTE
“El duende se apareció, . . . la plaza se estremeció.”
Hoy, diecisiete de enero,
el toreo verdadero,
se ha aposentado en la Plaza
México, que nos abraza.
Tauromaquia, sin tiniebla
de Morante de la Puebla,
La Puebla del Río, Sevilla,
España, cuna, semilla.
Que germinó por el arte
del gran torero baluarte,
el de caminar muy grácil,
pareciera cosa fácil.
Mágico, terso capote,
que su duende no se agote,
la inspiración se desgrana,
hay que tocarle una diana.
Al matador más sensible,
cuya diestra es infalible,
¡con muleta, que modales,
prodigiosos naturales!
Calma, suave devaneo,
hondo, profundo trasteo,
muñecas de privilegio,
estético sortilegio.
Ena . . . morante, elegante,
etéreo, que va pa’ lante,
su psique ronda en el ruedo,
“el arte no tiene miedo”.
Temple, pintura, pureza,
sublime ritmo, realeza,
antológica cadencia,
cátedra rica, en esencia.
Faena de corte bello,
maestría de taurino sello;
afición, que aplaude, tiembla,
por Morante de la Puebla.
Campante espada español,
de la lidia, monstruo, . . . sol,
la clase, su firme arista,
¡ay, que verdadero artista!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 17 de enero del 2016
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)