Menudo paseíllo conformado por estos tres hombres que completaría de sobra el aforo de la Mexico o de las Ventas o de Nimes o de la Monumental de Barcelona en una llamada de atención dedicada a la Fiesta de toros y su pervivencia. Estos tres personajes tienen ahora mismo en sus manos la posibilidad de volver el pellejo a esta tremenda dificultad que asedia a la fiesta desde instancias gubernamentales hasta las retransmisiones televisivas de toros.
Especialmente dolidos los taurinos con algunas de las redes sociales, como el llamado facebook, que elimina fotografías, ocultándolas de la visión directa por quien navega por esos muros electrónicos, pues elementos raros, prohibicionistas, animalistas doloridos, buenistas de boquilla y acción violenta intentan con tanta fuerza como dicen tener que las gentes cambien de canal, y que desde los gobiernos se prohíban en todas las sociedades los toros, el tabaco, el piropo a una mujer y una retahíla de acciones que hoy se consideran vituperables por ese afán de imponer a los demás el pensamiento y la manera de obrar.
Pues bien. Por lo que respecta a los toros, aquí está la terna que despertaría un indudable interés entre los aficionados y también entre el público que normalmente no acude ni ha acudido a un coso taurino nunca.
Esta es la terna que ahora mismo revolucionaría como en su tiempo hicieron, el Gallo y Belmonte, en la posguerra Manolete, y en el suyo el Cordobés la fiesta de los toros.
Pues si tienen ganas los tres, aquí está el reto para abrir las plazas donde deseen actuar: Pamplona, Madrid, Bilbao o Barcelona en la temporada de la «nueva normalidad».
(Pero cuando me desperté esta mañana, comprobé que todo había sido un sueño, bonito sin duda, pero un sueño).
Y ¿por qué no podría ser realidad?
Deja una respuesta