Mira que tenía la corrida monstruo de León interés para seguirla por aquello de la llamada que ofrecía su feria de San Juan con un cartel monstruo, tal vez porque aparecían en escena los cuatro jinetes del apocalipsis en presencia torera y que, sin embargo Alicante y Madrid hicieron bajar el dedo a San Juan mostrando la situación por la que discurre la magnífica siempre fiesta de los toros. Ayer León tuvo representación o más bien visión profética aunque fuera en alegoría de la conquista o victoria, la guerra, el hambre y la muerte.
Morante de la Puebla recuperó el quite del Bú, muerto hasta ayer, en un retroceso histórico del que solo el de la Puebla ha sido capaz de poner en el escaparate de la función dicha suerte capotera en desuso y recuperar los galleos como la parte más espectacular del repertorio de los toreros. Alborozo en el tendido y obligado repaso de manuales e historias toreras para dar con el origen del grácil paseo con un capote de brega echado a la espalda con gracia y movimiento ante la astas de un toro, porque ayer Morante en León resucitó con genuina interpretación un aspecto perdido y olvidado que reverdece entre la peculiaridad torera del diestro sevillano de la Puebla, concluyendo que el espectáculo por el hecho de serlo también lo necesita.
Algunos aficionados han dejado el apunte del bajo trapío torista, límite para una plaza de segunda como León, entregada al arte de torear más que a la exigencia de cara y trapío en las ocho reses echadas al ruedo. Otros veían más huecos en el tendido que público abarrotando el mismo… En fin quienes no fueron se perdieron algo importante sucedido en León y protagonizado por un significativo torero que ahora mismo concita la atención por sus maneras, su fachendosa forma de mostrar ante los demás el arte de torear y el empaque gestual para hacerlo.
Alicante en su corrida grande de Hogueras tuvo de protagonistas a dos de los más grandes del momento, Ponce y El Juli, El Juli y Ponce, quienes pusieron tabaco y oro en su forma de torear los astados de Domingo Hernández y Garcigrande, consiguiendo la admiración de quienes lo vieron.
Y Madrid, una corrida de toros de Montalvo, se lidiaron reses bravas y encastadas de Juan Ignacio Pérez-Tabernero, de lo que me alegro por la vuelta de los círculos concéntricos a Madrid y su resultado.
Personalmente no pudimos acudir a la cita de León pero la que no nos podemos perder por ver estas cosas en vivo y en directo en ahora el escaparate que ofrecen las plazas de Zamora y de Segovia en los dos últimos días de junio.
Y así bajó San Juan el dedo.

Foto: Pablo ALONSO
Maria Jesus dice
Jesús no te puedes ni imaginar lo que os perdisteis,capote de Morante,soberbias banderillas, muleta con arte, capote y muleta de Manzanares, con paliza incluida, una izquierda de Talavante que quita el hipo, torea muy bien (pero es un pincha uvas. Y Roca Rey muy valiente siempre, lo siento no es de mi gusto, ganado chica presencia, pero muy bueno