La cuarta de las jornadas del Certamen de Tentaderos llevó a sus participantes a la ganadería salmantina de moda en estos momentos, Garcigrande, donde todos los componentes fueron recibidos por Domingo Hernández, a quien acompañaba su amigo Isaías García Monje, con la amabilidad de siempre. Se lidiaron seis vacas, alguna con tipo de toro de lidia, grandes, utreras dos de ellas y eralas lustrosas, gordas y bien armadas las demás, con un fuelle y raza que impuso más a los espectadores que a los chicos que tuvieron que enfrentarse a ellas, pues todas fueron nobles en sus embestidas. La ganadera Concha Escolar también estuvo presente en algunos momentos de la tienta.
La mañana espléndida, aunque algo fresca a la sombra, atrajo a varias aficionadas especialmente de Medina del Campo que aplaudieron muchas de las intervenciones de los novilleros. Tuvo que emplearse a fondo el picador de la ganadería, en esta ocasión Gonzalo Sepúlveda, quien hizo bien la suerte, echando el palo con gracia y toreando a caballo con cierto aplomo y arte. La erala que abrió plaza ya dejó ver el género que iba a ser tentado por el ganadero para destinar a cubriciones de madres en pocas fechas. Aunque inicialmente se repuchó en la primera de las varas, saliendo suelta, sin embargo después, y a medida que era puesta en suerte una y otra vez, el animal mejoró en comportamiento, exigiendo, yendo con alegría y galope a la cabalgadura. Siguió una colorada, la menos buena del amplio encierro corrido en la plaza cubierta y cómoda de Garcigrande, algo mansota que fue entendida y toreada extraordinariamente por el novillero de San Sebastián de los Reyes Álvaro García quien pudo actuar aunque fuera de concurso.
Las otras cuatro que completaron el Tentadero, lustrosas y bien presentadas, fueron muy exigentes, pero nobles y bravas como ellas solas, arrastrando el hocico por el suelo y queriendo comerse las telas de los novilleros. Entre ellos destacó en la última de las vacas, el pacense Fernando Flores quien estuvo muy torero en sus intervenciones. Tampoco lo hizo mal Adrián Henche ante otra vaca exigente y acometedora pero muy noble, en general como la mayoría de las tentadas. A medida que iba transcurriendo la lidia, la polvareda en el ruedo se hizo cada vez más notoria.
Tras sus intervenciones la clasificación quedó así:
José Aguilera, 36 puntos.
Adrián Henche, 42 puntos.
Fernando Castro, 27 puntos.
Christian Marcos, 38 puntos.
Aaron Rodríguez, 39 puntos.
Juan Luis Herrero, 30 puntos.
Jesús González, 34 puntos.
Diego Luna, 39 puntos.
Fernando Flores, 46 puntos.
En este tentadero paró las vacas y estuvo lidiando atento a sus compañeros Ángel Jiménez quien se estiró en alguno de los lances con gracia y soltura, pues el gitano entiende perfectamente este encastado ganado bravo. Ángel Jiménez con la muleta en la mano izquierda hizo pasar momentos de mucha y agradable torería.
También fue muy ovacionado por su valentía, el benjamín de los participantes, el toledano Aaron Rodríguez quien se sobrepuso a todas las dificultades, sabiendo lo que hacía en cada momento ante una de las eralas más complicadas dell encierro especialmente por el pitón izquierdo, aunque el muchacho supo resolver las dificultades con arrojo y valor.
Para el domingo día 21 la quinta jornada se llevará a cabo en la ganadería vallisoletana de Íñigo Gamazo en el Raso de Portillo, a partir de las 11,30 de la mañana a donde están convocados los novilleros a quienes toca intervenir.
Reportaje gráfico de: José Fermín Rodríguez
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