Ambientazo en el apartado de esta misma mañana y enchiquerado de los toros que saltarán al ruedo en la corrida homenaje a Víctor Barrio que ponen en marcha para honrar su memoria, reconocer al compañero caído, significar lo dura y grande que es la profesión de ser torero y, por supuesto, agradecer el gesto y la solidaridad de un sector seriamente preocupado por su futuro, dentro de ataques y especulaciones como ningún otro ha tenido jamás.
Hoy aficionados de Perú, Colombia, México, Venezuela, Chile, Ecuador, Francia, Portugal y España están pendientes del desarrollo de un festejo taurino singular e irrepetible, ofreciendo a la señora viuda de Víctor Barrio su apoyo, su brindis y su cariño, acogedora de todas las palabras y de todos los hechos que desde aquella fatídica tarde de Teruel ha recogido en su joven corazón dolorido.
Todos los taurinos hoy miran a Valladolid con el reto y la esperanza de saber que la Fiesta de toros tiene un arraigo inequívoco, animoso, espectacular, lleno de significación y solidaridad entre ellos y entre la pléyade cada vez más amplia de sus seguidores.
Esto demuestra la grandeza de la Fiesta una vez más y es un grito desgarrado para que todos lo oigan, especialmente aquellos cuyos oídos están taponados por el odio y la mentira. Su intransigencia e influencia y condicionamientos en la política ante el sincero desarrollo próspero y digno del ser humano prohibiendo una actividad laboral, artística, solidaria, y económica de primer orden como representa la Tauromaquia es un error, un grave error como esta tarde se va a demostrar en Valladolid.
La Plaza de toros del Paseo de Zorrilla albergará una muchedumbre de seguidores de la fiesta de toros para aplaudir, homenajear y recordar con sus compañeros a uno de los suyos, un segoviano muerto en acto de servicio ante las astas de un toro en la plaza de Teruel. Víctor Barrio, in memoriam, ¡grande!-
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