Se ve que la suerte ha dado la espalda al coso de la Misericordia pues hemos llegado a la séptima de la feria y esto no lo arregla ni un buen verano. Hoy, día del Pilar, día grande, tan solo medio aforo de la plaza ha sido cubierto por los espectadores para ver la corrida portuguesa de Palha, con toros aquellos que en otro tiempo hacían sudar tinta a sus lidiadores y que hoy, la falta de fuerza les hace adolecer de flojera de remos, no sé si porque se sacuden en los corrales o si es que el defecto viene así, desde la ganadería. El caso es que la carencia de fuerzas de las reses es nota más que dominante en todos los festejos celebrados hasta ahora.
Y eso que el público está más que predispuesto a aplaudir, a emocionarse y a reconocer cualquier cosilla que le ofrezcan los toreros que intervienen en la corrida. En esta ocasión Sánchez Vara, Octavio Chacón y Borja Jiménez. A este último, incluso le obligaron a salir a saludar antes de soltar al toro, reconociéndole los méritos hechos en Madrid con una atronadora ovación, pero Zaragoza no es Madrid ni mucho menos. Y nadie debe hacer de menos al resto de la terna, al menos a quien esto escribe eso le pareció. Y por cierto, muy bien el Presidente José Antonio Ezquerra en el palco al no conceder la oreja al sevillano tras una faena de mucha apariencia y escaso temple torero, forzando demasiado la figura, culminada con una estocada que escupió el toro. Pero se ve que las voces, el griterío y los ademanes de parte del público quisieron forzar el premio, aclamando una vuelta al ruedo del diestro sevillano tras acabar con «fusilito» un cinqueño de Palha que tuvo su lidia de bravo y encastado.
Sánchez Vara abrió plaza despertando el sopor de la tarde al irse a recibir a portagayola a un torazo de Palha de 625 kilos de peso que llevaba el nombre de «salero».
El toro se arrancó de largo en la suerte de varas pero en la faena de muleta se fue apagando paulatinamente ante la muleta de Sánchez Vara, quien además había banderilleado al burel. Una estocada entera y tendida envió al desolladero al cuajado ejemplar de Palha. Luego con el castaño «peletero», flojo y desrazado no pudo ni completar una serie en condiciones de temple y mando. Tras despenarlo salió al tercio a saludar una ovación.
Octavio Chacón estuvo el hombre muy decidido ante «barberito» al que Antonio el Bala le arreó un puyazo de tente y no menees, de esos que dicen tres en uno o cuatro, con saña, fuerza y apretando la vara, en lugar de medir el castigo. Chacón recibiría un aviso por su tardanza en que doblara el toro y el público le ovacionó. Ante el quinto «bojador» poco pudo hacer pese a las arrancadas alegres del ejemplar, especialmente al caballo. El animal, cuando el torero lo tenía cuadrado para entrar a matar, le empitonó zarandeándolo en el aire de mala manera por lo que tuvo que pasar a la enfermería, ante la imposibilidad de continuar la lidia.
Y en fin. Dos cosas, antes de terminar. Desconozco por qué los diestros no se colocan en la suerte de varas en el sitio requerido y reglamentado, sino que lo hacen quedándose a la izquierda del toro o derecha del caballo, con lo que la suerte se ve afectada por la distracción del toro sin duda ninguna. Y la otra la acción del alguacilillo recriminando a las cuadrillas al hacer circular en giros al toro con el estoque clavado.
Zaragoza es una plaza en la que los toros y vacas bravas durante la feria del Pilar están a la orden del día y con la atención que se merecen desde por la mañana y hasta por la noche en sesión contínua con un público expectante y diverso que sabe lo que quiere en esta singular y emocionante fiesta.
Fotos: José SALVADOR Alonso
Ficha de la corrida.
Zaragoza. Séptima corrida de la Feria del Pilar. Algo más de media entrada.
Toros de Palha, bravos, venidos a menos en el último tercio. Para
SANCHEZ VARA, Ovación y saludos.
Octavio CHACÓN, Ovación tras aviso y Aplausos.
BORJA JIMÉNEZ, Vuelta al ruedo en ambos.
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