Un lunes de toros en El Espinar dejó buen sabor de boca al millar largo de espectadores que se dio cita en el recinto serrano para contemplar una novillada de Antonio San Román que tuvo lo suyo, aunque los utreros resultaron bravos y nobles en su mayor parte con dos garbanzos negros, corridos en tercer y sexto lugar, rajados y con fuerzas justas para Álvaro García, oreja y oreja; Toñete, dos orejas y ovación tras un aviso y Ángel Téllez, ovación con saludos desde el tercio y aplausos de despedida. Álvaro y Toñete salieron por la puerta grande.
Había puesto en el escaparate de la sierra segoviana y casi madrileña el que fuera torero Rafael Ayuso un festejo taurino, celebrado a horas más que tardías pues el mismo anunciado a las siete y media de la tarde empezó a las 8 menos veinte, con lo que prácticamente media novillada transcurrió a la luz de los focos de la plaza, amenizado eso sí con una estupenda banda de música que lanzó sus sones en varios momentos de la lidia con auténtico buen gusto y armonía musical.



Abrió plaza el torero de San Sebastián de los Reyes, Álvaro García, quien brindó al público el burraco de San Román una faena con temple y cierta gracia por la derecha, atemperando cierta brusquedad del toro en los inicios. Muy buenas las dos trincherillas finales preparando al burraco para la estocada entera muy bien ejecutada en un volapié canónico. El público pidió la oreja que le fue concedida. Ante su segundo que se dio un volteretón que lo medio derrengó anduvo solvente el torero de San Sebastián de los Reyes, utilizando la ayuda más de la cuenta con la mano izquierda, posiblemente por el viento que se levantó en el atardecer serrano. Con la derecha tuvo momentos de intermitencia con algunos pases más deslavazados con otros por el contrario de temple y dominio. Una media estocada y un golpe de descabello mandaron al desolladero al ejemplar y otra oreja cayó en el esportón, garantizándole la salida por la puerta grande.
Antonio Catalán «Toñete» estuvo bien ante otro burraco que hizo segundo de la tarde y que brindó al público. El novillo metía la cara con recorrido y se vino arriba en la faena de muleta. Muy templado Toñete en su trasteo, mejorando cada vez más la propia faena. Aunque el toro le protestaba por el pitón izquierdo, logró algunos momentos ovacionados. Una estocada entera un pelo tendida y fue premiado con las dos orejas de su enemigo.
Ante el quinto, otro bravo y encastado animal de Antonio San Román, que iba largo, humillando y con celo, Toñete le instrumentó los mejores momentos que se vieron en esta tarde. Con solvencia y torería. Sin embargo, a la hora de clavar la espada, pinchó varias veces y el triunfo redondo que tenía ganado se fue sierra arriba con el aire y la noche. Toñete tuvo el mejor lote y lo lució con cierta maestría y aplomo.
Álvaro Téllez no tuvo fortuna con sus dos enemigos. El primero un bellísimo animal ensabanado que causó sensación. Peleó en varas empujando al caballo, pero que se rajó en el trasteo del torero que no obstante estuvo valiente y entregado en el arrimo junto a tablas a donde se fue el ejemplar podido por el madrileño que estuvo en la escuela de Marcial Lalanda y a quien recordamos como el brillante ganador del garbanzo de oro en Fuentesaúco el año pasado. No pudo ser tampoco en el que cerró festejo, siendo aplaudido por el público cuando abandonaba el recinto.









En fin, una novillada con ciertos matices y chispas de torería entre los novilleros que hoy han acudido vestidos los tres igual, azul marino y oro, lo que denota una falta de cierto tacto por parte de los responsables de las cuadrillas para que no luzcan el mismo color en su vestido de luces. Pero en fin, azules los tres y verde los árboles de la sierra de Guadarrama. Y con noche cerrada sacaron a hombros a dos toreros entre el titileo de sus lentejuelas y… nosotros sin flash.
Fotografías: José FERMÍN Rodríguez.
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