Que en Valladolid hay una vacada merecedora de mayor atención y que el comportamiento de sus reses recogen aficionados para su causa en cada tarde que se lidian, ha sido puesto de manifiesto en la localidad francesa de Céret. Se celebró la novillada de su feria, anunciada con utreros del Raso de Portillo para Mario Palacios; David García Navarrete y Máximo Solera en la plaza francesa en una matinal de ensueño y afición. El picador Gabin Réhabi se llevó la mañana y fue la nota más destacada, poniendo al tendido en pie tras cuatro excelentes puyazos al sexto animal del festejo.
La bravura de los toros de Valladolid que pacen en los salitrosos pastos del Quiñón de Valdés, ahí mismito junto a la localidad de Boecillo son los de la familia Gamazo que han sido capaces de mantener en pie desde su fundación un enclave ganadero de bravo de los más significativos en estos momentos y con unos animales, dechados de raza y bravura, finos de cabos, santacolomeños de sangre, ponen en estos momentos una nota al margen de la cabaña brava, remarcada, señalada, apreciada, singular y merecedora de un reconocimiento y atención más intensa.
Tanto es así que los aficionados de Madrid pidieron a la empresa de la plaza de las Ventas la traída de un encierro del Raso de Portillo, no ya porque algo tendrá el agua cuando la bendicen, sino porque la raza de un toro bravo encastado, duro, noble, pujante y con fuelle es algo con lo que raras veces nos topamos por esas plazas de Dios.
En las siguientes fotografías del festejo de Céret hechas por Muriel Hazz algunos momentos de la tarde.
MATEOS dice
gracias por las fotos de muriel soy el autor de la pancarta CIUDAD RODRIGO tierra de toros